Los primeros 122 presos peruanos, de un universo de 260 que cumplían condena en Chile, principalmente por tráfico de drogas, fueron trasladados este martes a su país de origen, en un inédito operativo organizado por las autoridades chilenas.

El traslado se inició a primera hora de este martes con el desplazamiento de los primeros 122 reclusos en seis buses escoltados por un fuerte contingente policial, confirmó a la AFP la oficina de prensa del Ministerio de Justicia chileno, a cargo de la operación.

Cada recluso fue chequeado antes de abordar los buses, una operación que se repitió al momento de su entrega a las autoridades peruanas en el complejo fronterizo Santa Rosa, en la ciudad peruana de Tacna.

La operación, que se repetirá este miércoles y jueves, fue catalogada de histórica por el ministro del Interior chileno, Rodrigo Hinzpeter, que participó en ella.

“Es una operación histórica que tiene que poner muy orgullosos a los chilenos”, dijo Hinzpeter en Arica.

Los reos viajaron sin grilletes, con su ropa de civil y el dinero que pudieron ahorrar haciendo trabajos internos en la cárcel de Acha, en Arica, donde el 95% de ellos cumplía condenas por narcotráfico.

“Un componente que nos ha preocupado es la dignidad y los derechos de las personas que están siendo trasladadas. Son seres humanos, han cometido un delito, pero no por ser delincuentes pierden todos sus derechos”, dijo Hinzpeter.

Los reos, que habían cumplido un tercio, la mitad o tres cuartos de su pena, dependiendo de la gravedad del delito que cometieron, se acogieron a una recientemente aprobada ley de indulto conmutativo. Una vez en su país, la mayoría quedará en libertad, pero estarán impedidos de regresar a Chile en los próximos 10 años.

La ley busca disminuir los niveles de hacinamiento de los penales chilenos, que albergan a unos 53.000 reclusos, con una sobrepoblación que bordea el 70%.

De los 1.700 condenados extranjeros que había en Chile, 1.111, de 28 nacionalidades distintas, postularon a este beneficio.