La lanzadora de jabalina paraguaya Leryn Franco, considerada como una de las deportistas más bellas presentes en los Juegos Olímpicos de Londres-2012, se despidió este martes de la justa londinense, sin exhibir sus otras dotes, las de atleta de élite.

La modelo y presentadora de televisión, de 30 años, cerró en Londres su ciclo olímpico eliminada en la fase clasificatoria, al igual que en Atenas-2004 y en Pekín-2008.

Franco finalizó en la posición 18ª del Grupo B, con una marca de 51 metros y 45 centímetros, efectuada en su primer lanzamiento y a la postre el mejor de los tres intentos, luego de anular el segundo y alcanzar apenas 49,72 metros en el tercero.

Estos registros relegaron a la hermosa atleta guaraní a la 34ª plaza de la clasificación, entre 41 participantes, mientras que la brasileña Laila Ferer e Silva, 23ª con 58,39 metros, fue la mejor latinoamericana clasificada.

La checa Barbora Spotakova, plusmarquista mundial con 72,28 metros y medalla de oro en Pekín-2008, culminó la jornada clasificatoria al tope con 66,19 por delante de la alemana Christina Obergfoll (66,14) y de la sudafricana Sunette Viljoen (65,92).

Franco, de medidas 94-60-90 y 1,75 metros de altura, destaca físicamente por su pelo castaño liso que recoge para la competencia y sus ojos negros profundos.

Segunda en el concurso de belleza Miss Paraguay de 2006, es licenciada en administración de empresas, pero dedica su mayor parte del tiempo al modelaje y a producir spots publicitarios.

Medalla de plata en las últimas competencias del campeonato Sudamericano y del Iberoamericano (57,77 metros), la paraguaya que cautiva a fotógrafos y camarógrafos había asegurado que esta vez no se dejaría encandilar por las luces.

En Pekín “no estuve preparada psicológicamente para enfrentar a tantos medios (de prensa) encima”, admitió Franco en relación a la cita olímpica precedente, en la que generó rumores de un romance con el tenista serbio Novak Djokovic.

En Londres-2012 no escapó a los flashes de los reporteros gráficos ni a las cámaras de televisión y si bien su psicólogo le sugirió no hablar con la prensa en vísperas de la competencia, el grado de concentración que exhibió en el Estadio Olímpico no pareció ser el más apropiado a la circunstancia.

Franco quedó a 6,32 metros de su mejor marca personal y de la temporada, y a 8,66 metros del último puesto de clasificación, que ocupó la australiana Kathryn Mitchell, con una marca de 60,11 metros.

Por lo pronto deberá contentarse con ser la atleta eliminada más sexy de los Juegos y seguir acaparando elogios por su atractivo físico, atributos tan reconocidos como insuficientes para destacar en el concierto olímpico.

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