Cuando Usain Bolt cruzó la línea de llegada de los 100 m en el estadio olímpico de Londres, toda la localidad jamaicana de Sherwood Content gritó de alegría.

Este pequeño pueblo granjero, situado a escasa distancia de Montego Bay, la segunda ciudad de Jamaica, está orgulloso de su hijo más famoso y están ansiosos por demostrar que nunca han dudado de la victoria de Bolt.

“¡Estoy en una nube!”, gritó la tía de Bolt, Lillian Bolt-Smith, cuando nadie pudo contener ya su alegría después de ver a Bolt ganar la carrera.

Alrededor de ella todos sus allegados y amigos se lanzan a la calle envueltos en los colores de la bandera jamaicana para celebrar la nueva hazaña del “relámpago”, su exitosa defensa del título olímpico y su confirmación como el hombre más rápido del mundo.

Pero las celebraciones no se quedaron en casa de Bolt, gritos de alegría se podían oír en todos los bares y casas de esta pequeña comunidad contenta de tener por otros cuatro años algo de la gloria de su velocista.

Joseph Kerr, un aficionado a los deportes, asegura que “se alegró un montón”, pero insiste en que “no fue una sorpresa”, atreviéndose además a predecir que Bolt volverá a romper la marca de los 9.6 segundos una vez más.

En la carrera del domingo, Bolt tuvo un error en la salida, pero tras 60 metros de carrera se había recuperado para entrar en la meta con un tiempo de 9.63 segundos, la segunda mejor marca de todos los tiempos superada sólo por su propio récord mundial de 9.58 segundos que estableció en 2009.

“Con Usain rompieron el molde, y su velocidad le coloca por encima del resto”, dijo Kerr.

Bolt no fue el único jamaicano en la carrera. Su compatriota, amigo y compañero de entrenamientos Yohan Blake, al que se considera su delfín, consiguió la plata tras igualar su mejor marca personal de 9.75 segundos.

Pero en Sherwood Content todavía no están listos para que Bolt pase el testigo; “Sé que Bolt seguirá siendo el hombre a batir”, sonríe un vecino de la localidad, tomándose un ron blanco.

Las celebraciones por la victoria se extendieron pronto desde Sherwood Content por la costa norte de Jamaica cuando un amplio grupo de aficionados recorrieron en un ruidoso y colorido desfile motorizado las 10 millas (16 km) que hay hasta Falmouth a través de las colinas de Trelawny Parish.

“Vuelve a ser el momento de bolt. El hombre más rápido del mundo sigue siendo nuestro”, grita un entusiasta aficionado mientras el convoy llega a Water Square en el puerto.

En la vecina comunidad de St James, la familia de Blake celebra su medalla de plata y su promesa de mantener a Jamaica al frente de los velocistas del mundo.

“Estoy muy orgulloso de él. Lo ha hecho por nosotros y por Jamaica. Ha sido un gran logro teniendo en cuenta que son sus primeros Juegos Olímpicos”, dijo el padre de Yohan, Shirley Blake.

El patriarca de los Blake está entre un grupo de amigos y familiares que miran la carrera en la televisión en la casa familiar de Bogue Hill.

Minutos antes de la carrera, la hermana de Yohan, Danietta Blake, confiesa que está “un poco nerviosa porque es una gran carrera”.

“Hay un montón de buenos atletas, pero he rezado por mi hermano y espero que Dios haya oído mi plegaria”, dice.

La familia apenas tiene tiempo de gritar “¡Vamos Yohan!¡Vamos Yohan!” antes de que la carrera se haya acabado.

De todos modos, en Bogue Hill y St James no se sienten decepcionados por que su chico haya llegado segundo por detrás de Bolt, puesto que están convencidos de que Yohan aún tiene mucho que dar y que, incluso, podría ganar el oro antes de volver de Londres.

“Creo que se llevará el título de los 200m. Esa será su carrera”, dice su padre confiado.