La pesista chilena María Fernanda Valdés acabó finalmente en la novena posición la categoría de 75 kilos de peso corporal en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

Si bien en cuanto a lugares se cumplió el objetivo, técnicamente su presentación estuvo muy por debajo de lo planificado, pues tras lograr un biatlón de 223 kilos, esto es, 96 kilos en arranque y 127 en envión, quedó muy por debajo de su mejor total olímpico de 232 kilos.

Tras su participación, la deportista entre lágrimas comentó a la salida de la tarima que, “yo no venía a esto, al principio estaba feliz, alegre, muy cómoda. Hice el primer intento bien, me salió fácil, pero de un momento a otro me desconcentré, me empezaron a hablar y no me acuerdo de nada más”.

Esto último, a propósito del reto que habría recibido en camarines por parte de su técnico Raúl Gutiérrez, en compañía del presidente de su federación Cristian Harthey, según publica EMOL.

Al respecto, el dirigente señaló que cuando un deportista “está haciendo las cosas mal le debes llamar la atención como lo harías con tu hijo cuando hace algo que no corresponde, yo a ella le llamé la atención”.

“Viene a unos Juegos Olímpicos y no responde, torneo grande que tiene, afloja, le da miedo y no compite como corresponde”, sentenció Harthey.

El técnico de Valdés, por su parte, confirmó la versión señalando que “fue un llamado de atención para que reaccionara, se le retó, y se le dijo que el esfuerzo que se había hecho era para lucirse, no para llegar y hacer un ‘papelazo’”.

Respecto al llanto de la pesista chilena, el presidente de la Federación fue más duro aún, afirmando que “llora en todos los torneos, no he visto torneo donde no lo haga, para mí no es novedad, son cosas normales de ella”.

“Estamos molestos, porque hay una inversión grande de tiempo, dinero y sacrificio y de ella misma, ella tiene mucho talento y si tiene ganas podría ser medallista olímpica el 2016, pero depende de ella”, finalizó Harthey.