Sin proponérselo, un grupo de pescadores de Alaska pasaron de disfrutar un tranquilo día de campo a convertirse en defensores de la naturaleza, luego de que lograran salvar a un cachorro de oso pardo que se ahogaba en las gélidas aguas.

El hecho ocurrió el pasado domingo cuando Dustin Klepacki, un guía turístico de 22 años junto a su padre y un amigo, se encontraban sobre un bote en el río Kenai, con la esperanza de capturar algunos peces. De pronto, se percataron de que un osezno había sido arrastrado por la corriente del río hasta un fuerte remolino, donde agotaba sus esfuerzos para tratar de liberarse.

“Ahí fue cuando nos acercamos y (el oso) comenzó a gritar. Nosotros nos quedamos de una pieza pensando, bueno, ¿y qué hacemos ahora?”, explicó Mike Polocz al periódico local Peninsula Clarion.

La madre y otro cachorro sólo atinaban a mirar desde la orilla mientras los hombres se acercaban. Pronto, el grupo se dio cuenta de que ayudar al cachorro sería extremadamente difícil, ya que el remolino los hacía girar en círculos tanto a ellos como al pequeño animal.

“Estaba tan desesperado… podías ver que sus ojos sólo decían “ayúdenme, ayúdenme’”, indicó Polocz.

Tras 15 minutos de intentos infructuosos por atraparlo con una red, los hombres lograron acercarse lo suficiente para que la corriente presionara al oso contra el bote. Desde allí lograron empujarlo fuera del remolino, hasta aguas tranquilas, donde usó sus últimas fuerzas para llegar hasta la orilla.

“Ese fue el momento más extraño. El oso se recostó sobre la arena, totalmente exhausto, entonces nos miró y gritó una vez más antes de alejarse, como si nos hubiera dicho ‘gracias’. Dudo que nos vuelva a ocurrir algo así a mí o a mi Padre durante el resto de nuestras vidas. Es una cosa realmente excepcional”, indicó el joven emocionado.

En tanto, el amigo de Polocz logró captar algunos de los tensos momentos previos al rescate con su iPhone, donde se aprecia el desesperado llanto del osezno mientras se debatía con la corriente.

http://youtu.be/TMFeOMbcKwM