El Papa Benedicto XVI pidió durante el Ángelus, la misa que reza cada domingo, que se respeten los derechos de los refugiados y de los desplazados, víctimas de los conflictos armados en el mundo.

Hablando desde el balcón de su apartamento ante una plaza de San Pedro soleada y con poco público, el Papa se refirió de la jornada mundial de los refugiados de la ONU que se celebra el próximo miércoles.

“Esta jornada tiene que atraer la atención de la comunidad internacional sobre las condiciones de tanas personas, sobre todo de las familias, obligadas a huir de sus propias tierras porque están amenazadas por los conflictos armados y por graves formas de violencia”, afirmó.

La ayuda, la discriminación de los refugiados y la cuestión de las familias dispersas preocupan a la Santa Sede, que dispone de un consejo pontifical para la pastoral de los migrantes y las personas en desplazamiento.