El telescopio Spitzer de la NASA logró captar, con mayor precisión, las primeras estrellas y galaxias del Cosmos. Lamentablemente, estos objetos se encuentran demasiado lejos como para estudiarlos de forma individual.

Cabe destacar que el dispositivo captó las primeras imágenes en 2005, las que precisó en 2007. Ahora, el Spitzer se encuentra en una fase extendida de su misión inicial realizando estudios sobre zonas específicas del cielo.

“Estos objetos habrían sido tremendamente brillantes”, señala Alexander Kashlinsky, del Centro Goddard de la NASA en Greenbelt.

Según rescata ABC.es, Kashlinsky agregó que “Todavía no podemos descartar directamente que esas fuentes misteriosas de luz puedan provenir de nuestro universo cercano, pero es cada vez más probable que estemos mirando de reojo a una época antigua”.

Además, es importante destacar que con este material se han logrado descubrir patrones de luz ‘con varias características indicadoras del fondo cósmico infrarrojo’.

“Podemos reunir pistas de la luz de los primeros fuegos artificiales del universo (…) Y estas chispas queman intensamente su combustible nuclear”, agregó finalmente el experto.

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