Durante la semana pasada, los mercados de materias primas intentaron recuperarse de los malos rendimientos del mes de mayo. Al principio, recibieron la ayuda de las nuevas especulaciones sobre posibles medidas de estímulo por parte de la Reserva Federal ante el informe desfavorable sobre el empleo del 1º de junio.

El oro tuvo su subida más significativa de los últimos años para volver a desplomarse a su precio más bajo en dos meses, luego que Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, se abstuviera de anunciar medidas adicionales en sus declaraciones en Washington.

En tanto, China bajó su tasa de interés por primera vez en cuatro años con el fin de estimular su economía, pero nuevamente fracasó en su intento de reactivar el mercado ya que aparecieron especulaciones de que los próximos datos económicos podrían ser más desfavorables de lo esperado.

España, a pesar de haber emitido 2.000 millones de euros de deuda, vio desplomarse su calificación de riesgo en tres puntos, ya que la crisis bancaria y de financiamiento continúa. Durante la próxima semana la atención volverá a centrarse en Grecia antes de las elecciones del 17 de junio, cuyo resultado podría desencadenar más especulación sobre el futuro de Atenas dentro de la zona del euro.

Ante este panorama, los activos de mayor riesgo y más dependientes del crecimiento, como los productos básicos, seguirán teniendo dificultades hasta que se despejen los interrogantes respecto a las perspectivas del crecimiento mundial a corto plazo. Además, nuevamente los factores climáticos desfavorables podrían ser los únicos elementos que determinen el aumento de los productos básicos (agrícolas) individuales.