El Partido Socialista gobernante y sus aliados Verdes ganaron la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas este domingo y están en condiciones de obtener la mayoría absoluta en la segunda, según los resultados finales publicados por el Ministerio del Interior.

La mayoría absoluta en la segunda vuelta, prevista el domingo 17 de junio, permitirá al presidente François Hollande aplicar su programa de gobierno.

El conjunto de la izquierda -el Partido Socialista (PS), sus aliados ecologistas, y el Frente de Izquierda- obtuvo 46,77% de los votos, la derecha conservadora -la UMP, mayoritaria en la Cámara Baja saliente, y sus aliados-, un 34,07%, y el Frente Nacional -extrema derecha-, un 13,6 %.

La tasa de participación fue de 57,23%, inferior al 60,98% de la primera vuelta de los comicios legislativos de 2007.

La cuestión clave es saber si los socialistas y sus aliados ecologistas tendrán la mayoría absoluta, a partir de 289 escaños (de los 577 que cuenta la Asamblea Nacional), o si necesitarán el apoyo de la izquierda radical dirigida por Jean-Luc Mélenchon, quien perdió en su circunscripción del norte.

El primer ministro Jean-Marc Ayrault, reelecto este domingo en su bastión de Nantes (oeste), del que es alcalde, llamó a una movilización el próximo domingo para dar al presidente Hollande una “mayoría amplia, sólida y coherente” y que “el cambio sea duradero”.

“Viendo los resultados de esta noche, pienso que la mayoría existirá sin el Frente de Izquierda”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, también reelecto en la primera vuelta en Normandía (noroeste).

Hollande, elegido el 6 de mayo, no dejó durante la campaña de pedir a los franceses una mayoría cómoda para “llevar a cabo el cambio que los franceses han pedido” y cumplir sus promesas de reformar las pensiones, fortalecer la educación y subir el salario mínimo.

“No hay una ola rosa”, comentó el ex primer ministro conservador, François Fillon.

Fillon, candidato en una de las circunscripciones de París, destacó que estas legislativas son “una elección muy importante”, y llamó a evitar una gran concentración de poder en manos del Partido Socialista, que además de la presidencia controla ya el Senado y la gran mayoría de las regiones.

Unos 46 millones de electores estaban llamados a las urnas para elegir a los 577 diputados de la cámara baja del Parlamento. Según los institutos de sondeo, la participación fue ligeramente inferior a 60%, por debajo del nivel registrado en la primera vuelta de las legislativas de 2007 (60,98%).

Para mantenerse en la segunda vuelta, los candidatos deben obtener al menos el 12,5% de los votos de los electores inscritos, lo que en la segunda vuelta da lugar a un balotaje entre dos, tres o incluso cuatro candidatos.

Pese a la abstención, el ultraderechista Frente Nacional obtuvo un buen resultado, tras el histórico 17,9% obtenido por su líder Marine Le Pen en la primera vuelta de la presidencial el pasado 22 de abril.

A falta de poder obtener muchos diputados, el Frente Nacional quiere mantenerse en un máximo de circunscripciones en la segunda vuelta para atraer a una parte de la derecha, que en algunos lugares podría aliarse con ellos para parar a la izquierda.

Marine Le Pen reiteró este domingo que ambiciona una “recomposición” de la derecha y se mostró confiada en que su partido vuelva a la Asamblea Nacional por primera vez desde 1988.

En su circunscripción de Hénin-Beaumont (norte), Le Pen fue la más votada con un 42% de sufragios, y se disputará el escaño en juego contra un socialista, dejando fuera de la carrera a Jean-Luc Mélenchon, que quedó tercero.

El primer ministro Ayrault advirtió que los miembros del gobierno derrotados en los comicios deberían abandonar el cargo. En total se presentaban 24 de los 34 ministros del ejecutivo de Hollande.