Corea del Norte aseguró el sábado que no planea “por el momento” llevar a cabo pruebas nucleares y acusó a Corea del Sur de fomentar la confrontación con tales acusaciones.

Un portavoz del ministerio de Exteriores, citado por la agencia de noticias oficial norcoreana, afirmó que Corea del Sur intenta agravar la situación mediante “incesantes provocaciones” contra el Norte.

“Mediante esas provocaciones, el grupo (gobierno surcoreano) intenta poner nervioso a la DPRK (Corea del Norte) con el objetivo de que lleve a cabo una prueba nuclear, algo que no planea en el momento actual”, dijo el portavoz.

El 13 de abril Corea del Norte procedió al lanzamiento de un cohete, considerado por Washington y sus aliados como un disparo de ensayo de un misil balístico. El proyectil estalló en vuelo, pero el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas reforzó sus sanciones tomadas en 2006 y 2009 luego de los dos primeros ensayos nucleares norcoreanos.

Estados Unidos y sus aliados sospechan que Corea del Norte quiere proceder a un nuevo ensayo.

Fotografías satelitales tomadas en abril muestran actividad en un sitio de ensayos atómicos norcoreano pero no dieron indicaciones sobre cuándo se llevaría a cabo un eventual ensayo.

En el comunicado también se acusa al gobierno conservador de Seúl, encabezado por el presidente Lee Myung-Bak, de intentar provocar un incidente similar al bombardeo de una isla fronteriza surcoreana en noviembre de 2010.

El objetivo, según la declaración, consiste en amplificar “el carácter bélico” de Corea del Norte para “crear una atmósfera (propicia) a las presiones y a la adopción de sanciones en su contra”.

Corea del Norte no deja de emitir críticas contra el gobierno surcoreano. El lunes el ejército norcoreano amenazó con hacer estallar las oficinas en Seúl de varios medios de comunicación surcoreanos, culpables, a su parecer, de haber criticado un homenaje, por parte de miles de niños, a la Unión de Niños coreanos en uno de esos mítines que tanto gustan al régimen de Pyongyang.

La declaración del sábado parece adoptar un tono más moderado.

El régimen norcoreano de Kim Jong-Un, que sucedió a su padre Kim Jong-Il fallecido en diciembre, envió señales contradictorias. En febrero alcanzó un acuerdo con Estados Unidos en el que se compromete a una moratoria en su programa de enriquecimiento de uranio, los lanzamientos de misiles y los ensayos nucleares a cambio de una ayuda alimentaria de 240.000 toneladas.

El fallido lanzamiento del 13 de abril presentado por Corea del Norte como un intento por lanzar un satélite, pero considerado por las potencias occidentales como un ensayo encubierto de misil balístico, incitó a Washington a suspender el acuerdo.