Decepción y amargura eran los sentimientos dominantes de los aficionados polacos, este viernes al abandonar el estadio Nacional de Varsovia con un empate 1-1 ante Grecia, en el partido inaugural de la Eurocopa-2012, en un duelo en el que su equipo fue de más a menos.

“Estoy decepcionado porque no hemos ganado”, comentó Kuba Pijanowski, de 22 años, poco después del final del encuentro.

“Polonia se ha apagado en la segunda parte y el entrenador no ha hecho lo suficiente para insuflar nuevas energías. No ha cambiado a nadie”, lamentó a la AFP este estudiante.

“Es una catástrofe”, señaló por su parte Stanislaw Zajkowski, de unos cuarenta años, que acudió al partido con su hijo, del mismo nombre y apenas siete de edad.

“¿Cómo te pueden empatar en un partido que ya estaba ganado? Los griegos estaban con diez y habían sido inofensivos en la primera parte. Empataron por un milagro. Tengo miedo de que esto vuelva a pasar el martes”, señaló, en alusión al próximo partido, ante Rusia.

Lukasz, de 25 años, no está enfadado, sino simplemente triste: “Ahora tenemos que ganar a los rusos, si no estamos eliminados”.

Entre la multitud de aficionados serios, muchos lucían en su cara los colores rojo y blanco del país, algunos incluso sin perder la sonrisa, como Konrad Pustola, de 37 años, que dijo que el equipo había tenido una buena actitud y que no había que estar avergonzados.

“Un gol magnífico de (Robert) Lewandowski y una tarjeta para (Wojciech) Szczesny injusta”, resume Karolina, de 38 años.

En la ‘fanzone’ de Varsovia, en el centro de la capital polaca, más de 100.000 personas ondeaban banderas y hacían sonar vuvuzelas, pero sus ánimos fueron apagándose, a medida que el partido comenzaba a torcerse para los intereses del equipo de casa, al que siguieron en pantallas gigantes.

Para Tomasz Kowalik, de 30 años, “podía haber sido mejor, pero es como una medio victoria”.

“Hemos perdido por un gol absurdo, podíamos haber ganado el partido. Nuestros chicos lucharon hasta el final. Pero a los rusos les vamos a ganar, eso seguro. Volveré aquí, sin duda”, añade.

Monika Klosinksa, estudiante de 19 años, destacó que por lo menos no se había perdido y que la Eurocopa apenas acaba de comenzar, que hay margen de maniobra para mejorar: “Hay que ser optimistas”.

Perdido en la marea polaca, un hincha griego se mostraba más satisfecho.

“Hemos podido ganar en la segunda parte, gracias a que hemos estado más organizados”, declaró Dinos Sarimvais, ateniense de 30 años.

El primer ministro polaco, Donald Tusk, siguió el partido en el estadio y comentó a la prensa que “nada está perdido” y que por eso hay que seguir creyendo en el equipo.