Un grupo de investigadores de la Universidad de Idaho en Estados Unidos dijeron estar sorprendidos al descubrir que bajísimas dosis de medicamentos comunes como los antidepresivos, pueden provocar autismo.

Los expertos creen que en personas genéticamente vulnerables podría desencadenarse el padecimiento por pequeñas cantidades de químicos presentes en el agua potable, consignó Daily Mail.

El descubrimiento fue hecho a partir de la observación de los cambios en los mecanismos genéticos de los peces que nadan en aguas contaminadas con sustancias psicoactivas.

“Mientras otros han imaginado un papel causal de las drogas psicotrópicas en el autismo idiopático, nosotros encontramos evidencia de que esto podría ocurrir con dosis muy bajas, como las que se encuentran en los sistemas acuáticos”, señaló.

Durante el experimento, los peces fueron expuestos a dos tipos de antidepresivos: Prozac y carbamazepina, éste último usado para controlar convulsiones.

Tras esto, encontraron patrones de actividad genéticas en estos animales, similares a las que se observan en seres humanos susceptibles al autismo.

Estos hallazgos fueron publicados en la revista Public Library Of Science One.