Sólo sujetos a medidas cautelares como la firma mensual y arraigo, quedaron este martes los imputados por el incendio que afectó a la Torre 5 de la cárcel de San Miguel, el 8 de diciembre de 2010, dejando a 81 reos fallecidos.

Ante el 11º Juzgado de Garantía de Santiago, el fiscal Pablo Sabaj, informó los cargos a los centinelas y oficiales de Gendarmería, a quienes se les reformalizó por el cuasidelito de homicidio reiterado.

De esta forma y ante los nuevos antecedentes aportados a la causa, el Ministerio Público comunicó la decisión a Fernando Orrego, Francisco Riquelme, José Poblete, Segundo Sanzana, Carlos Bustos, Patricio Campos, Jaime San Martín y José Hormazábal.

El Tribunal de Garantía asimismo dispuso ampliar la investigación en seis meses.

El abogado Eduardo Méndez, defensor de los vigilantes se manifestó conforme con el resultado de la audiencia, pues a su parecer apunta en la dirección para demostrar la inocencia de sus representados.

En la audiencia el fiscal Sabaj entregó detalles de los cargos formulados, como por ejemplo, al subteniente José Hormazábal, jefe de la guardia nocturna de esa jornada, quien abandonó su puesto por 2 horas y no chequeó la motobomba como método preventivo para el control de un eventual incendio.

También el acusador entregó los cargos en contra del ex jefe operativo del penal, el mayor Patricio Campos y al alcaide de la cárcel, el mayor Segundo Sanzana, quienes no cumplieron ninguno de los protocolos de los reglamentos contra siniestros, planes de manejo de crisis y una política de erradicación de los balones de gas que usaban los reos para cocinarse al interior de sus celdas.

También el fiscal indicó que el ex director regional metropolitano, coronel Carlos Bustos y el ex jefe operativo metropolitano, teniente coronel Patricio San Martín no cumplieron en prevenir, vigilar y fiscalizar que se cumplieran todos los reglamentos emanados por la Dirección Nacional de Gendarmería entre los años 2007 y 2010.

Según el fiscal Sabaj, el incendio se provocó a las 05:47 de esa madrugada y ninguno de los imputados reaccionaron previamente, ni al momento de señalada la alarma de siniestro, como también cuando los internos por las estrechas ventanas del penal acusaban la acción fatal del fuego.