El presidente de la Unión Europea (UE), Herman van Rompuy, urgió el lunes al presidente ruso Vladimir Putin a superar las divergencias para evitar una guerra civil en Siria, con el objetivo de lograr una “transición” política, a lo cual Rusia se ha negado hasta ahora.

“La Unión Europea y Rusia tienen enfoques diferentes, pero estamos plenamente de acuerdo en considerar que el plan Annan proporciona la mejor oportunidad para romper el ciclo de violencia en Siria”, sostuvo Herman Van Rompuy durante una conferencia de prensa conjunta al terminar una cumbre Rusia-UE en San Petersburgo.

Se trata de “evitar una guerra civil y de encontrar una solución pacífica y duradera”, agregó.

“Tenemos que combinar nuestros esfuerzos para que esto ocurra y para encontrar un mensaje común. Necesitamos esforzarnos para obtener el fin inmediato de todas las formas de violencia en Siria y hacia un proceso político de transición”, dijo Van Rompuy, quien se encontraba acompañado por el mandatario ruso y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso.

Putin, cuyo país es el principal respaldo del presidente sirio Bashar al Asad, no reaccionó a la mención de un “proceso político de transición”. El viernes, el presidente ruso, de visita en Berlín y París, se había negado a suavizar su posición.

“Hemos debatido sobre las cuestiones internacionales más importantes. Se trata naturalmente de la situación en Siria, Irán y Medio Oriente. Al final, yo quisiera subrayar nuevamente que la conversación de hoy fue fructífera. Evidentemente, no estamos de acuerdo en todo”, declaró Putin sin dar más detalles.

La secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton había exhortado el domingo a Rusia a respaldar una transición política en Siria, cuyo “resultado” a su entender debía ser la partida de Bashar al Asad.

Respecto a Irán, el presidente de la UE subrayó que Bruselas y Moscú estaban “de acuerdo en la necesidad urgente de impedir que Irán tenga armas nucleares”.

Las difíciles negociaciones entre Irán y las grandes potencias sobre el controvertido programa nuclear iraní continuarán durante nuevas conversaciones en Moscú los días 18 y 19 de junio.

Antes, Putin se habrá reunido con su homólogo iraní Mahmud Ahmadinejad al margen de una cumbre en Pekín el martes y miércoles, mientras persisten las tensiones sobre el programa nuclear de Irán.

En otras oportunidades, Rusia ha denunciado las “sanciones unilaterales” contra Irán, considerando que la introducción por la Unión Europea de un embargo petrolero era “errónea” y equivalente a una “imposición”.

Además de Siria e Irán, en esta cumbre también se discutieron las cuestiones energéticas y la supresión del régimen de visas entre la UE y Rusia al comenzar las conversaciones, abiertas con cierta frialdad por Putin.

“Una verdadera cooperación es imposible mientras haya barreras para los ciudadanos de nuestros países”, declaró el presidente ruso al referirse a la supresión del régimen de visas solicitada insistentemente por su país.

Rusia negocia desde hace años con la UE la eliminación de las visas con la zona Schengen, pero la UE exigió numerosas condiciones, desde pasaportes más seguros hasta el respeto de los derechos humanos.