La número uno del tenis mundial y primera favorita de la prueba, la bielorrusa Victoria Azarenka, cayó inesperadamente por 6-2 y 7-6 (7/4) ante la eslovaca Dominika Cibulkova (N.15), este domingo en el court Suzanne Lenglen de Roland Garros, en octavos de final del Abierto de Francia.

“Nunca estuve entre las diez primeras, pero cuando estoy en la cancha y no soy favorita trato de encontrar mi mejor juego. En esta temporada quiero ir lejos”, destacó la ganadora, semifinalista en París en 2009.

La primera manga deparó una gran sorpresa, cuando la eslovaca, de 23 años, hizo el break a la bielorrusa, de casi la misma edad, en tres ocasiones contra sólo una de su rival, para llevársela por 6-2 en 44 minutos.

Azarenka había empezado el torneo con dificultades, y casi cae en primera ronda ante la veterana italiana Alberta Brianti, pero sus otros dos partidos los ganó sin exigirse. En la jornada, se convirtió en la quinta primera favorita de la historia en caer antes del fin de la cuarta ronda de París.

“Todo salió mal. No sé cómo describir mi partido. No estoy satisfecha, pero estas cosas pasan. Quizás en un par de horas tendré una respuesta más clara, pero jugué mal sin lugar a dudas”, reconoció la perdedora, que había llegado en dos ocasiones a cuartos de final (2009 y 2011) en la arcilla parisina.

En el segundo set, ambas intercambiaron quiebres para ponerse 2-2. Pero, en 3-2 Cibulkova logró de nuevo la inflexión, que su adversaria le retrucó en el séptimo para 4-3 y después empatar 4-4. Pero, Azarenka volvió al partido y logró el beak en el undécimo juego y se puso 6-5 arriba.

La eslovaca, sin embargo, no se amilanó y quebró de nuevo el servicio a su rival para forzar el tie-break y llevárselo 7-6 (7/4) tras 1 hora y 47 minutos de partido.

“No pensaba en los partidos que jugamos antes (con dominio de la derrotada). Pero, cuando ella se puso 6-5 arriba, me dije ‘¡cuidado, vuelve a tu juego!’, y me fue muy bien en el tie-break”, dijo Cibulkova, orgullosa.

La eslovaca tiene una extraña costumbre, huele las bolas con las que juega antes de sacar. “No es una necesidad, pero siempre lo he hecho. Me gusta el olor de estas nuevas bolas (del torneo francés)”, explicó.

Azarenka es una jugadora irregular, y se esperaba que en París confirmara su condición de número uno de la WTA que, tras el torneo, puede perder a manos de la rusa Maria Sharapova (N.2), quien está jugando en muy buena forma sobre polvo de ladrillo y es seria candidata para ganar el único torneo del Grand Slam que aún le falta en su vitrina personal.

“No me voy a suicidar, volveré a los entrenamientos, a jugar (…) Ella es una grandísima jugadora, una rival peligrosísima, por lo que esto no fue una sorpresa”, añadiría la bielorrusa que lleva un mano a mano positivo de 7-2 sobre su vencedora de esta jornada.

En cuartos de final, Cibulkova se las verá con la vencedora entre la australiana Samantha Stosur (N.6), finalista en 2010, y la estadounidense Sloane Stephens, que jugaban en el último turno en el court principal del estadio.