El Senado estadounidense aprobó el lunes nuevas sanciones contra Irán con el objetivo de convencer a la República Islámica a que suspenda el enriquecimiento de uranio, actividad que los países occidentales ven como el desarrollo encubierto del arma nuclear.

La aprobación se realizó antes de que el grupo 5+1 -compuesto por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Alemania, China y Rusia- retomara el miércoles las negociaciones con Irán en Bagdad para discutir su programa nuclear.

Las nuevas medidas permiten al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sancionar cualquier país o compañía que se una a Irán para desarrollar su uranio o sus recursos petrolíferos, así como proveer tecnología o medios para ayudar a Teherán en su actividad.

Además, la batería de sanciones incluye acciones contra cualquier persona que facilite bienes que “contribuyan materialmente al programa de proliferación de armas de destrucción masiva (WMD) de Irán o a sus actividades relacionadas con el terrorismo”.

Teherán sigue sosteniendo que su programa nuclear tiene fines únicamente civiles.

“Tanto la Casa Blanca y como el Congreso están comprometidos en prevenir que Irán obtenga el arma nuclear”, declaró el senador demócrata Robert Menendez, autor de las nuevas sanciones.

Teherán puede “ir a Bagdad con un plan verdadero” para poner fin a su programa nuclear, “o nosotros haremos nuestro propio plan, mediante sanciones u otras medidas necesarias, para asegurar que Irán fracase en sus ambiciones nucleares”, aseguró Menendez.

“El Senado ha trabajado duro para mejorar las sanciones contra Irán”, añadió el legislador republicano Mitch McConnell, “y este esfuerzo, junto con las sanciones de la Unión Europea, deben fortalecer la posición de nuestros negociadores”.