El papa Benedicto XVI cesó este sábado al arzobispo de Trapani (Sicilia), Francesco Micciche, en un procedimiento excepcional que ocurre al hilo de rumores sobre irregularidades financieras en la diócesis.

Según un comunicado del Vaticano, el sumo pontífice nombró a un administrador apostólico, Alessandro Plotti, en lugar del arzobispo cesado.

La decisión fue tomada tras una inspección efectuada por un emisario encargado de las cuestiones jurídicas de la Conferencia Episcopal italiana.

La justicia estaba ya investigando la gestión de las fundaciones de la iglesia local y la desaparición de una fuerte suma de dinero.

Francesco Micciche, que fue arzobispo de Trapani durante 13 años, se defendió en una carta dirigida a los fieles de su diócesis diciendo que se trata de un procedimiento “extremo”, fruto de “calumnias mezquinas” en la prensa local.

Micciche reafirmó su “fidelidad” al Papa y a la Iglesia, y aceptó la medida en su contra “con un espíritu de obediencia”, pero se presentó como la víctima de un “complot” que “tuvo apoyos en los más altos niveles de la Iglesia”.

El arzobispo habría sido víctima de malversaciones cometidas por un sacerdote, uno de sus antiguos colaboradores.