El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó por unanimidad este sábado una resolución para el envío de un primer grupo de observadores para supervisar el cese del fuego en Siria, donde las fuerzas gubernamentales mataron a seis civiles y bombardearon Homs pocas horas antes.

El Consejo de Seguridad “decide autorizar el envío de un equipo de avanzada de 30 observadores militares desarmados para entrar en comunicación con las partes y para empezar a monitorear la implementación de un completo cese de la violencia armada”, señala el texto.

La resolución 2042 aprueba el envío de los primeros 30 observadores militares desarmados, que viajarían en unos días. Una nueva resolución será necesaria para autorizar una misión completa de más de 200 observadores.

A pesar de la reticencia de Rusia, el documento pide “a todas las partes que garanticen la seguridad de los observadores sin limitar su libertad de movimiento y acceso, haciendo incapié en que la principal responsabilidad recae en las autoridades sirias”.

Además, la resolución llama al gobierno sirio a permitir el acceso de las organizaciones humanitarias al país y a “implementar visiblemente” todos los compromisos adquiridos en el marco del plan de paz del enviado especial Kofi Annan, incluyendo la retirada de tropas y armamento pesado de las principales ciudades sirias.

Se esperaba que el texto fuera votado el viernes pero las objeciones de Rusia lo retrasaron. Según el embajador de Moscú en la ONU, Vitaly Churkin, “se llevaron a cabo cambios sustanciales para equilibrar (el texto)”.

Rusia y China habían vetado los útimos dos proyectos del Consejo de Seguridad en relación con la crisis siria, que ha dejado ya 9.000 muertos.

A pesar de la entrada en vigor del alto el fuego previsto por el plan Annan, las fuerzas sirias mataron el sábado a seis civiles y bombardearon la ciudad de Homs.

Cuando se cumplen tres días de la entrada en vigor de la tregua el régimen sirio y los opositores siguen acusándose de violar la tregua. Sin embargo, la intensidad de los ataques no es comparable con lo ocurrido en los últimos meses, cuando se producían decenas de víctimas a diario.

El incidente más grave desde la tregua se produjo cuando las fuerzas de seguridad mataron el sábado a cuatro civiles que participaban en un funeral en Alepo (norte), segunda ciudad del país.

Además, las fuerzas sirias bombardearon durante una hora el sábado de mañana dos barrios de Homs (centro), causando la muerte de una persona, según una ONG siria. Además, las tropas mataron a otro civil en Dmeir, en la provincia de Damasco.

Durante los meses anteriores a la tregua, Homs, la tercera ciudad del país, sufrió intensos bombardeos, principalmente en el barrio Bab Amr, un bastión de los rebeldes recuperado por el ejército el 1 de marzo después de un mes de ataques.

Decenas de miles de sirios manifestaron el viernes en todo el país para poner a prueba el compromiso del régimen de respetar el plan de Kofi Annan. Estas marchas fueron “más importantes que las registradas en semanas anteriores” en casi todas las provincias, a pesar de un despliegue militar masivo, según la oposición siria.

“No renunciaremos hasta que caiga el régimen” gritaron los manifestantes en Onkhel, en la región de Deraa.

Los militantes prodemocracia llamaron el sábado en su página Facebook “Syrian Revolution 2011″ a una “semana de la revolución de los sirios”. El presidente sirio Bashar Al Asad es el único jefe de Estado cuestionado por la calle que, después de la llamada Primavera Árabe, permanece en el poder.

Pese a la mayor tranquilidad que reina desde la entrada en vigor el jueves del alto el fuego, el ejército sirio aún no ha retirado sus tanques de las ciudades, tal como prevé el plan Annan.

Este plan de seis puntos prevé, además del cese de la violencia, el “derecho a manifestar pacíficamente” y un diálogo entre la oposición y el poder.