El Arzobispo de Santiago, monseñor, Ricardo Ezzati, hizo un llamado a ‘superar las desconfianzas’ a través de la fe, la esperanza y el amor, durante su tradicional mensaje en la celebración de la Pascua de Resurrección en el marco de Semana Santa.

En su mensaje, el prelado llamó a mirar “nuestra historia personal y colectiva para dar gracias por el don de la vida y del amor. Junto a ellos, aparecen con más claridad las sombras que aún nos preocupan y entristecen”.

“En Santiago y en Chile, tenemos muchísimo que agradecer en diversos campos de la vida del país, más aún si nos comparamos con otros pueblos cercanos y lejanos que son probados con la guerra, con el hambre y la miseria. Sin embargo, entre nosotros, en la vida cotidiana, más que la gratitud aparece una sensación de incomodidad, de insatisfacción”, agregó la autoridad religiosa.

“¿A qué puede deberse este sentir? No es el momento para hacer un análisis más pausado. Pero, una de las razones, lo creemos, es que vivimos tiempos complejos dominados por una especie de espiral de desconfianza”, reafirmó monseñor Ezzati

“Se desconfía de la autoridad, se desconfía de las instituciones, se desconfía de las buenas intensiones y hasta de la viabilidad de los proyectos propios. Esta misma desconfianza tensiona la vida familiar, nos aleja de nuestro prójimo y crea barreras entre grupos y sectores. Por esta razón, el diálogo que necesitamos para solucionar nuestras querellas, se ve interrumpido, coartado, ensombrecido”, prosiguió el arzobispo.

“Lo peor, es que este ambiente insatisfecho se presta para que aparezcan formas de violencia anárquica, siempre fratricida, que de una manera real o simbólica busca destruir al adversario o simplemente al que no piensa como yo. Lo hemos experimentado cruelmente en diversas formas de intolerancia y de discriminación. Creo, sinceramente, que la gran mayoría de nosotros, ve esta realidad con una enorme preocupación para la vialidad del presente y el futuro de nuestra convivencia”, alertó monseñor Ezzati y recalcó su llamado a superar las desconfianzas con las virtudes de la fe, la esperanza y el amor.