El secretario del Interior Ken Salazar dijo que espera que “el despertar del sentido de la justicia” de los estadounidenses fuerce al dividido Congreso a aprobar una reforma migratoria amplia, durante un encuentro con la comunidad hispana el jueves en Los Ángeles.

En una cumbre entre funcionarios del gobierno y cientos de representantes de la comunidad hispana, Salazar prometió que el gobierno de Barack Obama trabajará, en un eventual segundo mandato, por una reforma migratoria integral y por el “Dream Act”, una medida que legalizaría a estudiantes indocumentados.

Cuando se le preguntó cómo los demócratas piensan honrar una promesa que ya había hecho durante la campaña electoral pasada, Salazar respondió: “Al final del día, la disfunción que vemos entre el Congreso y Washington se verá afectada por el pueblo estadounidense”.

“Esperamos que haya un despertar del sentido de la justicia y del sentido de la seguridad de la economía en el pueblo estadounidense”, agregó. “Estamos seguros de que vamos a lograrlo”.

Es la décimooctava cumbre comunitaria que realiza la Casa Blanca en distintas ciudades del país, para escuchar los reclamos de una comunidad cuya importancia electoral va in crescendo, de cara a las elecciones generales de noviembre.

“Los republicanos nos abandonaron, no nos dieron el apoyo que se necesitaba para llegar a los votos necesarios en el Senado y en la Cámara de Representantes, pero la lucha sigue. El presidente no ha cambiado nada en lo que queremos hacer con la reforma migratoria y el Dream Act”, aseguró Salazar.

La Casa Blanca publicó una propuesta de reforma migratoria integral el año pasado tras el fracaso de un último intento en diciembre de 2010 en el Senado, y el tema es un argumento electoral de pelea entre los aspirantes republicanos y el Partido Demócrata.

Los precandidatos republicanos han mostrado posiciones muy duras respecto al proyecto de reforma, mientras el electorado hispano critica a Obama por haber defraudado una promesa de la campaña pasada.

Esther Olavarría, asesora del Departamento de Seguridad Interior, dijo a AFP que “la migración siempre fue un asunto bipartidista”.

“No se va a aprobar una ley a menos que haya apoyo de ambos partidos. Desafortunadamente, ese apoyo ahora no existe del lado republicano. Nuestra esperanza es que después de las elecciones los republicanos que nos han apoyado en el pasado vuelvan a la mesa de negociaciones”, agregó.

“Ahora estamos en elecciones, todo se vuelve muy partidista, el Congreso no está haciendo nada sobre ningún asunto”, explicó Olavarría. “Luego de las elecciones, espero, la disposición va a cambiar y la gente volverá a la mesa, como ha hecho el Congreso durante décadas en el pasado”.

La propuesta del gobierno permitiría que 11 millones de indocumentados se registren, obtengan permisos de trabajo y comiencen a transitar el camino hacia la ciudadanía. Además prevé reformas que facilitarían la migración legal.

El presidente Obama aseguró en marzo que estaba dispuesto a reabrir el debate sobre la ley migratoria si gana las elecciones, pero que todo dependería de cómo quede la composición del Congreso.

Actualmente, la Cámara de Representantes está en manos de los republicanos, mientras que los demócratas cuentan con una corta ventaja en el Senado.