El Consejo de Seguridad de la ONU adoptó este miércoles una declaración en la que insta al fin de las hostilidades en el norte de Malí y la restauración del “orden constitucional”, dos semanas después del golpe de Estado en Bamako, anunció la misión francesa en Twitter.

La declaración, propuesta por Francia y adoptada por los 15 miembros del Consejo, también expresa su alarma por la presencia de Al Qaida en el Magreb Islámico (AQMI), según los diplomáticos.

Los países miembros “están preocupados por la presencia en la región” de AQMI, lo que podría, según ellos, “desestabilizar aún más” la situación.

El texto “condena firmemente los ataques, los saqueos y la confiscación de terrenos” por parte de los rebeldes en el norte del país africano y exige “un cese inmediato de las hostilidades”, al igual que les invita a “abandonar inmediatamente toda violencia y a buscar una solución pacífica mediante un diálogo político”.

El texto, al que ha tenido acceso la AFP, pide a los militares que restablezcan sin demora el gobierno legítimo y a iniciar una ronda de negociaciones.

Asimismo, respalda los esfuerzos de la CEDEAO (Comunidad Económica de Estados de África Occidental) por restaurar el “orden constitucional”, que ya ha decretado un embargo contra los golpistas y amenaza con una intervención militar.

Los 15 países del Consejo piden de nuevo “a los amotinadores que velen por la seguridad de todos los responsables malienses y liberen inmediatamente a aquellos que están detenidos”.

El texto también destaca la necesidad de permitir sin trabas el acceso de la ayuda humanitaria para atender a quienes lo necesiten.

Además, insiste en la necesidad de respetar la soberanía y la integridad territorial de Malí.

El Consejo publicó los pasados 22 y 26 de marzo sendas declaraciones condenando el golpe de Estado en Bamako y pidiendo el restablecimiento del gobierno democrático elegido.

La junta militar, dirigida por el capitán Amadou Haya Sanogo, derrocó el 22 de marzo al presidente Amani Toumani Touré, reprochándole su ineficacia frente a los rebeldes tuareg y los grupos islamistas que operan en el norte.

Aprovechando el golpe de Estado, los rebeldes tuareg, los militantes islamistas y los mercenarios del régimen libio que volvieron armados al país tras la caída de Muamar Gadafi en agosto de 2011, conquistaron en tres días las tres ciudades claves del norte de Malí: Kidal, Gao (nordeste) y Tombuctú (noroeste).