El Arzobispo de Concepción dijo en la catedral penquista que “en medio de una sociedad que divide, la Iglesia es signo de unidad y fraternidad”.

La Iglesia Católica penquista celebró el tradicional “Domingo de Ramos” que recuerda la entrada de Jesús en Jerusalén antes de su pasión, muerte y resurrección.

En la ocasión, el arzobispo de Concepción, Fernando Chomalí, dijo que la religión siempre ha sido un vínculo de unidad y fraternidad, en una sociedad que divide.

Agregó que todos los seres humanos necesitan de más amor y misericordia.

Es una de las celebraciones más importantes para la Iglesia Católica porque allí comienza la pasión de Jesús, que dando muestras de humildad y modestia, ingresa a la ciudad en un burro para, según la fe cristiana, salvar a la humanidad.