Según un estudio de los científicos británicos Gayle Brewer, de la Universidad de Central Lancashire, y Colin Hendrie, de la Universidad de Leeds, los ruidos y gemidos que la mayoría de las mujeres hace cuando tienen relaciones sexuales son intencionados. Sin embargo ¿Qué razones las llevan a emitir estos sonidos… antes de alcanzar el orgasmo?

Para determinar aquello, los investigadores analizaron a 71 mujeres entre los 18 y 48 años que fueran heterosexuales y activas sexualmente, aplicándoles cuestionarios de modo de conocer más sobre la frecuencia de sus orgasmos y en qué fase de la acción sexual se producían, entre otras cosas.

Asimismo, se les preguntó sobre los motivos por los cuales gemían o gritaban y las consecuencias que tenían dichas vocalizaciones.

Tras ello, los científicos lograron establecer que no se producía “una sincronía entre el orgasmo y la vocalización del coito. Un dato que fue respaldado por las respuestas a la pregunta: ¿Qué porcentaje de tiempo emites ruidos durante el sexo, incluso cuando no vas a tener un orgasmo? El 25% de las mujeres informó que gemían cuando no habían alcanzado el clímax más del 90% del tiempo”.

Además, descubrieron que existían cinco razones principales por las cuales emitían estos sonidos previo a alcanzar el clímax sexual: para acelerar la eyaculación del hombre, con el fin de evitar molestias, para no aburrirse, de modo de aumentar la autoestima de su pareja y para no fatigarse.

Al respecto, los especialistas indicaron que “Es importante destacar que el 92% de las participantes tenía muy claro que estas vocalizaciones ‘impulsan’ la autoestima de sus parejas y el 87% de ellas reconoció que las hacían con este propósito”.

“Los resultados demuestran que el momento del orgasmo y los jadeos están disociados, lo que indica que se realizan en parte bajo control consciente y se utilizan para manipular el comportamiento masculino en beneficio de las mujeres (…) ellas reconocen que lo que buscan, entre otras cosas, con sus gemidos es acelerar el clímax de su pareja”, consignó El Mundo.