La paciente de iniciales M.B.G., hija de Marcela González, se encuentra internada en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatología del Hospital Clínico Universidad Católica. Su estado es estable dentro de su gravedad, debido a su condición de prematuro extremo.

Un prematuro –en este caso de tan sólo 26 semanas y 735 gramos- nace con “inmadurez” de sus órganos y pueden afectarse los distintos sistemas (respiratorio, cardiovascular, neurológico, renal, digestivo, metabólico y el centro del control de la temperatura corporal, entre otros), lo que lo hace muy vulnerable a enfermedades y susceptibles a infecciones.

La gravedad de los problemas está en directa relación con la edad gestacional y el peso del niño. En Chile, la sobrevida de estos bebés es alentadora. Sobre las 32 semanas de gestación, la esperanza de vida es del 90%, y del 60% en niños con 24 semanas. El equipo de Neonatología explica que a estos menores se les hace seguimiento hasta los 6 a 7 años de vida.

Recordamos que la niña nació producto de una cesárea de emergencia realizada durante el trasplante de hígado que se le realizó a su madre el domingo pasado.

Hasta ahora la niña ha evolucionado con compromiso respiratorio, por lo que permanece con soporte ventilatorio y en las últimas horas requirió medicamentos para mejorar su condición cardiovascular. Recibe además antibióticos desde su nacimiento por sospecha de infección.

Si bien existe una visión más bien optimista por parte de los equipos médicos dado que se cuenta con el equipamiento, recursos técnicos y humanos para un manejo multidisciplinario necesario para abordar a estos pequeños con alta complejidad, en el caso de prematuros extremos se debe tener prudencia, dado que cada niño puede evolucionar de manera diferente y presentar diversas complicaciones.

Fuente: Dr. Alberto Estay Navarrete, Médico Neonatólogo Red Salud
UC.