¿Sabías que el responsable de que tengas hambre todo el tiempo, podrías ser tú mismo? Y es que ciertos malos hábitos alimenticios provocan un insaciable deseo por la comida.

Pero no caigas en la desesperación, aún estás a tiempo de hacer algo si detectas dónde está la raíz del problema.

A continuación te dejamos con 6 conductas que podrían ser la causa de tu voraz apetito y que puedes evitar [Vía Reader"s Digest]

1. Algunas hierbas y especias

En general, las hierbas y especias son buenas para la salud, pero algunas de ellas pueden estimular el apetito. Por ejemplo, añadir mostaza a las comidas aumenta el flujo de la saliva y jugos digestivos, lo que hace sentir más hambre.

Lo mismo ocurre con la cúrcuma, especia color ámbar que le da el color al polvo de curry, y se utiliza comúnmente en la medicina tradicional de la India para estimular el apetito.

Otro elemento es el jengibre, usado comúnmente para aliviar las náuseas matutinas y reducir los calambres abdominales. Por vía tópica, puede aliviar el dolor y la hinchazón, pero te dará más hambre. También el perejil , que es bueno para el reumatismo, genera un efecto similar.

La idea no es que suprimas estos condimentos, que tienen múltiples beneficios, sino que reduzcas su consumo si estás en plan de perder kilos.

2. No comer suficientes proteínas

Las proteínas se caracterizan por enviar la señal al cerebro y el estómago de que estás satisfecho. Suprimirlas de tu dieta puede significar que te rindas ante una calórica bolsa de papas fritas, señala el doctor Mark Hyman, pionero de la medicina holística.

Cabe destacar que un reciente estudio, demostró que las personas que consumen menos proteínas sienten más hambre después del desayuno y comen más bocadillos a lo largo del día.

De acuerdo a Hyman, “un truco es comer semillas de chía (disponibles en tiendas naturistas y de venta de frutos secos) por la mañana. Son muy ricas en proteínas y tienen un montón de buenas grasas omega-3 “.

Otros alimentos con alto contenido proteico son los huevos duros y el yogur griego.

3. Una copa antes de cenar

Muchas personas beben un vaso de vino u otro trago antes de comer, sin saber que los aperitivos estimulan el apetito antes de las comidas, por lo que es probable que comas más.

4. Consumir demasiada sal y azúcar

Los productores de alimentos han descubierto que todos tenemos un deseo insaciable por el azúcar y la sal. De hecho, la mayoría de los alimentos tienen más azúcar y sal de la que deberían tener para ser saludables. Este festín para nuestras papilas gustativas desafortunadamente tiene efectos secundarios peligrosos para nuestro organismo y no hace querer cada vez más comida.

El efecto es así: Al ingerir algo muy dulce inmediatamente nos dan ganas de contrarrestar con algo salado y viceversa.

5. Alimentos light

Muchos alimentos bajos en grasas tienen más azúcar, carbohidratos y sodio para mejorar su sabor, además de fomentar que comamos en exceso, ya que consideramos que “no nos hará nada” un poco más.

En este sentido, un estudio publicado en la revista Nutrition señaló que los edulcorantes artificiales en las bebidas dietéticas pueden estimular el apetito.