La Eurozona desbloqueó el martes un gigantesco rescate para Grecia, que incluye una inédita disminución de más de la mitad de la deuda en manos de acreedores privados, a cambio del envío de una “vigilancia permanente” de las cuentas griegas a Atenas.

“Hemos alcanzado un amplio acuerdo que incluye una ayuda pública y una reestructuración de la deuda sin precedentes por parte de los bancos acreedores del país”, declaró Jean-Claude Juncker, el jefe del Eurogrupo, al final de la reunión de más de 13 horas de los ministros de Finanzas de la Eurozona.

El pacto sellado en Bruselas dio luz verde finalmente al rescate a Grecia que totalizará, entre fondos de ayuda y reducciones de deuda, unos 237.000 millones de euros.

Tras meses de tiras y aflojas, los ministros de Finanzas europeos decidieron desbloquear un segundo rescate a Grecia por 130 mil millones de euros, pendiente desde octubre de 2011, tras haber concedido otro crédito de 110 mil millones en mayo de 2010.

Grecia necesita esa ayuda de forma urgente para evitar declarar una suspensión de pagos el 20 de marzo, cuando afronte su próximo vencimiento de deuda por unos 14.500 millones de euros.

El acuerdo reducirá la deuda griega del actual 160% del PIB (350 mil millones de euros) a un 120,5% del PIB en 2020. La meta supera levemente el objetivo inicial de un 120% del PIB fijado por la Eurozona.

La operación de canje, se llevará a cabo “el 12 de marzo”, según una fuente del ministerio de Finanzas, que aseguró que si la participación de los acreedores privados en esta operación alcanzara el 66%, el país prevé instaurar una cláusula de acción colectiva (CAC) para los títulos de derecho griego, lo que obligaría a los bancos recalcitrantes a sumarse al programa de canje de deuda, con lo que el nivel de adhesión se elevaría al 100%.

La alternativa a este acuerdo es que Grecia no reembolse nada y declare la bancarrota.

Se trata de una reestructuración récord en la historia de las finanzas mundiales, que supera la suspensión de pagos de Argentina en 2002.

El primer ministro griego, Lucas Papademos, se declaró “muy feliz” por los resultados tras la “jornada histórica”, aunque advirtió que “queda mucho por hacer en un futuro próximo, para llevar a cabo todas las acciones necesarias”.

Grecia también tuvo que aceptar que los fondos del rescate sean depositados de forma temporal en una cuenta bloqueada para que se destinen sobre todo a pagar los intereses de la deuda.

Los sindicatos han convocado nuevas manifestaciones para el miércoles en Grecia, que entra en su quinto año de recesión y tiene un desempleo de más del 20% de su población activa.