Brasil tendrá que redefinir su política de inmigración debido a los impactos económicos generados por la entrada cada vez mayor de extranjeros irregulares en el país, consideró el viernes el ministro de Defensa, Celso Amorim, citado por la estatal Agencia Brasil.

“No hay cómo convertirnos en la sexta economía del mundo impunemente. Normalmente, las personas salían de Brasil. La situación mejoró, (ahora) las personas quieren entrar en Brasil. Naturalmente, tendremos que estudiar cómo actuar ante esta nueva situación”, indicó Amorim a medios locales en Rio de Janeiro.

El ministro dijo que Brasil enfrenta el desafío no sólo de los miles de haitianos que entraron irregularmente al país, sino también de brasileños que vuelven con la mejora económica de esta nación, que escaló a la sexta economía mundial según un reciente estudio.

Con la pujanza económica y tras años de presencia en Haití donde lidera las tropas de paz de la ONU, Brasil enfrentó una reciente migración de miles de haitianos, intensificada en las últimas semanas.

El gobierno anunció esta semana que regularizaría la situación de 4.000 haitianos llegados al país, pero a partir de ahora exigirá visado, que tendrá una cuota de 100 por mes, rompiendo con una tradición de mayor permisividad con los irregulares.

Amorim llamó al país a mantener el “espíritu humanitario” con Haití, aunque “de una manera compatible con nuestros medios”.

“Tenemos que actuar de manera equilibrada para que las personas no encuentren aquí situaciones hasta más graves, sea porque son explotadas por coyotes (traficantes de personas), o porque encuentran en Brasil situaciones en las que no pueden ser tratados adecuadamente”, completó.