El debut de Cristóbal Vidaurre, campeón nacional de rally, en el Dakar 2012 fue en una etapa breve, pero no con pocas dificultades. Acostumbrado a los caminos del Rally Mobil, el tricampeón de la especialidad debió enfrentar ahora rutas costeras y dunas.

“Partimos muy cautos, con un camino con muchas piedras y barrancos cerca del mar y después en una zona de duna había muchas huellas, estaba muy blando y con hartos autos pegados y ahí aceleramos para no perder la velocidad en la arena y nos resultó”, sostuvo Vidaurre.

En su primera etapa en un Dakar, el piloto de AutoGasco enfrentó algunas dudas que fueron bien resueltas junto a su navegante, el argentino Gustavo Beccaria.

“Vimos hartas cosas en pocos kilómetros, muchos autos pegados y hasta uno incendiado completamente. Vivir así el Dakar es increíble. Hubo también un momento en que no se sabía muy bien hacia dónde ir, teníamos problemas con el terratrip, no medíamos la distancia y no estábamos seguros del rumbo, y con autos en distintas direcciones afortunadamente tomamos buenas decisiones y pudimos hacer bien el trayecto”, agregó.

Sobre lo que sigue para la carrera, Vidaurre aseguró que mantendrá su estilo de conducción seguro y cauto, porque su objetivo está en tierras peruanas.

“Estoy muy tranquilo, me queda mucho y yo me quiero tomar un pisco sour en Lima, así que vamos a seguir haciendo las cosas como las estamos haciendo. No me quiero emocionar más de la cuenta, vamos a tratar de mantenernos tranquilos antes de llegar a Chile. No llevamos nada y queremos mantener las emociones bajas”, sentenció.

De la misma idea es el cordobés Gustavo Beccaria, su navegante en este debut. Es primera vez que corren juntos, pero ambos aseguraron que se han complementado muy bien.

“Cristóbal ha estado impecable. Es muy tranquilo, en la arena me sorprendió, había mucho auto enterrado y no tuvimos ningún problema. Lo disfrutamos y me dio siempre una sensación de tranquilidad”, sostuvo el argentino.

Asimismo, Beccaria destacó que es la primera ocasión en que comparten auto con Vidaurre, experiencia que lo tiene satisfecho.

“No habíamos corrido nunca juntos. Al venir tan tranquilo el piloto se lo transmite al navegante. Él venía relajado, disfrutando el manejo. Como dice Cristóbal, esto recién comienza y vamos a tratar de mantener el ritmo, tranquilos, porque queremos llegar a Lima…yo no tomo pisco sour, pero si llegamos voy a brindar en Perú”, sentenció.