El régimen norcoreano instó el domingo a la población a defender “hasta la muerte” a su nuevo líder Kim Jong-un, en un editorial del periódico oficial que traza la política para 2012, cuando según analistas la prioridad será garantizar una transición sin tropiezos.

“Todo el partido, todo el ejército y todo el pueblo deben tener la firme convicción que serán baluartes y escudos humanos para defender a Kim Jong-un hasta la muerte”, según el editorial publicado por el órgano del Partido de los Trabajadores en el poder, Rodong Sinmun, y en otros periódicos oficiales.

Kim Jong-un, hijo menor de Kim Jong-Il, fue nombrado “líder supremo” del país el jueves pasado, en remplazo de su padre, fallecido el 17 de diciembre.

Pyongyang indicó el sábado que Kim Jong-Un había confirmado oficialmente en la “comandancia suprema” de las fuerzas armadas, con 1,2 millones de efectivos y cuarta en el mundo por el número de soldados.

El viernes, Pyongyang también advirtió al mundo que no cambiaría de política y que ho habría diálogo con el actual gobierno de Seúl.

Durante un tiempo, el Norte se concentrará “en reforzar el nuevo poder de Jong-un” en lugar de adoptar un comportamiento agresivo o de iniciar negociaciones, estimó el profesor Yang Moo-Jin, del departamento de estudios norcoreanos de la universidad de Seúl.

El artículo publicado el domingo en la prensa norcoreana promete “reforzar” las fuerzas armadas y llama a Estados Unidos a retirar sus 28.500 soldados de Corea del Sur, de cual es aliado. Pero agrega que Pyongyang “se esforzará en desarrollar sus relaciones de amistad con los países que respeten su soberanía”.

Por otra parte, el editorial destaca el papel del partido, que había sido dejado un tanto de lado por Kim Jong-il, en beneficio de las fuerzas armadas.

El país se fijó como objetivo el convertirse en “una nación poderosa y próspera” en 2012, año del centenario del nacimiento de Kim Il-sung (el 15 de abril), fundador de Corea del Norte, padre de Kim Jong-il y abuelo de Kim Jong-un.

Corea del Norte, que sufrió una hambruna mortífera en la segunda mitad de los años 1990, sufre de escasez crónica de alimentos debido a una economía arruinada y al hecho de que la mayoría de sus recursos son destinados a las élites, a la defensa y al programa nuclear.

El editorial del 1 de enero, que fija, como cada año, la línea política de los doce próximos meses, no menciona el programa de armamento nuclear, que significó al país el estar sometido a severas sanciones internacionales.

Por el contrario, reitera sus llamados a luchar contra “la infiltración ideológica y cultural de los imperialistas”.

Por otra parte, un cotidiano japonés informó el domingo que el hijo mayor de Kim Jong-il, que en un tiempo se pensó le sucedería, había viajado secretamente a Pyongyang para saludar los restos de su padre.