Más de 250 mil personas visitaron la versión 2011 de la Feria Internacional del Libro de Santiago que cerró ayer sus puertas con un balance positivo. La obra del periodista e investigador español, Juan José Benítez se consagró como la estrella del encuentro.

Como un balance positivo calificó el Presidente de la Cámara de Chilena del Libro, Arturo Infante, el resultado de la trigésimo primera versión de la Feria Internacional del Libro de Santiago, que ayer llegó a su fin.

El evento convocó a más de 250 mil personas en las más de dos semanas que se extendió, cantidad -a juicio de los organizadores- superior a la cantidad que acudió el año pasado.

Una iniciativa cultural que contó con Bolivia como país invitado de honor, nación altiplánica para la que la Cámara Chilena del libro sólo tuvo elogios.

Sin embargo, como ausente calificó el apoyo de las autoridades gubernamentales en la iniciativa cultural.

El cuaderno de Maya, de Isabel Allende, los tomos de Harry Poter o la saga Crepúsculo, fueron los libro más vendidos, según explicó, Raúl Parra, encargado del expositor MundiLibro, quién apuntó haber notado una menor afluencia que en ediciones pasadas, sobretodo en el feriado largo de fines de octubre.

Entre los autores más visitados destacó la intelectual feminista francesa, Julia Kristeva, quien reunió alrededor de 800 personas en la presentación de una obra de gran complejidad, enmarcada en la crítica del estructuralismo.

Pero sin duda, la estrella de la Feria fue, Caná, la última entrega de la saga El Caballo de Troya del autor español, JJ. Benítez quien logró llenar el Centro Cultural de la Estación Mapocho. Título al que le siguió en ventas la obra Steve Jobs, del autor Isaacson Walter.