Europa debe aplicar un “plan fuerte” contra su crisis de deuda, que “amenaza” el crecimiento global, dijo el jueves en Hawai el secretario estadounidense del Tesoro, Tim Geithner, tras una reunión de ministros de Finanzas del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

“La crisis en Europa sigue siendo el principal desafío para el crecimiento global. Es crucial que Europa se mueva rápido para aplicar un plan fuerte para restaurar la estabilidad financiera”, dijo Geithner antes de la cumbre de presidentes de las 21 economías del APEC el domingo.

En rueda de prensa, el funcionario indicó que “el marco básico” de los planes de Europa para solucionar la crisis es “bueno”. Pero el Viejo Continente debe adoptar medidas “con la fuerza” y al ritmo “que los mercados requieren”.

Geithner dijo que en este contexto, “el principal foco” de discusiones de los ministros reunidos este jueves en un centro de convenciones de Hawai, fue “cómo contribuir a fortalecer el crecimiento en el mundo y hacerlo más balanceado y sostenible en el futuro”.

En ese sentido, consideró que las economías del APEC, que incluyen a China y Rusia, y también a Perú, México y Chile, “están en mejor posición que la mayoría para dar pasos hacia un fortalecimiento del crecimiento de cara a estas presiones desde Europa”.

Geithner señaló que los ministros se concentraron en discutir temas como un fortalecimiento de la demanda doméstica en las economías asiáticas para disminuir las vulnerabilidades a choques externos, “como la situación en Europa”, o el fortalecimiento de la moneda China, que Estados Unidos considera “significativamente subvaluada”.

“Es mejor para China, es mejor para el mundo, y es mejor para Estados Unidos si China permite que su moneda se aprecie más rápidamente”, resumió Geithner.

Estados Unidos hace este pedido sistemáticamente a China, por considerar que Pekín impulsa sus exportaciones manteniendo el yuan artificialmente bajo.

Al término del pasado G20 en Cannes, Francia, que reunió a economías emergentes y en desarrollo en este foro de discusión económica, los países participantes -entre ellos China- habían acordado “evitar la persistencia de desajustes en los tipos de cambio y abstenerse de toda devaluación competitiva de las monedas”.