Seis voluntarios que participaron de una experiencia inédita volverán a ver el mundo exterior este viernes, después de un año y medio de aislamiento en una cápsula construida en Moscú para investigar el efecto de un viaje al planeta Marte para el organismo de seres humanos.

Los seis hombres, que pasaron 520 días en una cápsula en un estacionamiento del Instituto de Moscú, luego de ser sacados, serán llevados para ser sometidos a distintos exámenes médicos.

El equipo integrado únicamente por hombres está formado por tres rusos (dos médicos y un ingeniero), un astronauta chino en entrenamiento, y dos ingenieros enviados por la Agencia Espacial Europea (ESA), un francés y un ítalo-colombiano.

El experimento simuló un ‘despegue’ en junio del año pasado y el ‘aterrizaje’ en Marte en febrero. Los voluntarios realizaron ‘caminatas espaciales’ con el traje completo en un espacio preparado con arena antes de dejar el planeta rojo y ‘volar’ de retorno a la Tierra.

“Pienso que están en un período de alta expectativa. Yo diría que los muchachos están de muy buen humor. Saben que han realizado algo realmente grande”, dijo el martes Mark Belakovsky, subdirector del programa.

“Pasar 520 días con gente de diferentes grupos, diferentes nacionalidades y mentalidades no es nada fácil. Ellos se han comportado notablemente”, declaró Belakovsky a la AFP.

El proyecto llegó a ser ridiculizado ya que la experiencia no salió del piso, sin la ausencia de gravedad como en un vuelo real. Pero los organizadores siguieron estrictamente las reglas de un vuelo real, inclusive con los 20 minutos de demora en las comunicaciones.

Las agencias espaciales que se asociaron al protecto Marte 500 dijeron que la experiencia desempeñó un papel fundamental al probar que personas son capaces de enfrentar la soledad y la frustración de un largo viaje hacia Marte y retornar.

“En efecto, la tripulación puede sobrevivier al aislamiento inevitable para una misión a Marte y retornar”, dijo Patric Sundblad, científico de la ESA en el sitio web de la entidad. “Desde el punto de vista psicológico, podemos hacerlo”, añadió.

Los voluntarios, vestidos con uniformes azules, pasaron todo el tiempo, excepto por el ‘aterrizaje’ en Marte, en un complejo herméticamente sellado de cuartos diminutos, acompañando órdenes de los líderes del proyecto y alimentándose de las reservas especialmente planeadas.

En los últimos días del experimento, los voluntarios han estado simulando la “trayectoria en espiral hacia el campo de gravedad terrestre”, explicó el web site oficial del experimento.

Los seis científicos permanecerán en cuarentena hasta el 8 de noviembre, dijo Belakovsky, ya que especialistas expresaron preocupaciones sobre su eventual vulnerabilidad a enfermedades de invierno, aunque pruebas indican que se encuentran en buena salud.

En el cambio más evidente desde el ‘despegue’ hacia Marte, el año pasado, el comandante del equipo, el ingeniero ruso Alexei Sityov, ha pasado a exhibir una enorme barba, como mostró un video divulgado por los organizadores.

“No creo que sea difícil para ellos adaptarse a la vida normal porque los psicólogos han trabajado con ellos muy intensamente. Creo que la adaptación será fácil”, dijo Belakovsky.

Rusia y la ESA estiman que un viaje tripulado a Marte podría hacerse real en el año 2040.