Pese a la caída de la noche y el frío, los socorristas trabajaban con ahínco el lunes en busca de sobrevivientes del sismo que causó el domingo al menos 279 muertos en la provincia oriental turca de Van, cerca de Irak, según el último balance provisional.

El anterior era de 272 muertos y 1.300 heridos.

La dirección oficial de situaciones de emergencia registró 970 edificios derrumbados en la zona de la catástrofe.

Unas cien personas murieron en la ciudad de Van, capital de la provincia homónima, y 117 en el distrito de Ercis, la zona más devastada, declaró el ministro turco del Interior, Idris Naim Sahin.

Muchos habitantes abandonaron la ciudad, que está sin luz ni agua.

El número de muertos podría aumentar aún, pero no en proporciones desmesuradas, “unos cuarenta” máximo, según el médico Niyazi Celik en Ercis.