Las autoridades tailandeses trataban este viernes de impedir el pánico que comenzaba a cundir en Bangkok, una megalópolis de 12 millones de habitantes donde la amenaza de gigantescas inundaciones se iba perfilando debido a lluvias torrenciales.

La población del centro de la ciudad estaba sumida en la duda sobre los riesgos que se cernían en medio de los anuncios alarmistas y los llamados a la calma de las autoridades.

Las barreras de sacos de arena al pie de algunos edificios y las reservas de agua potable y de sopas instantáneas que habían casi desaparecido de las vitrinas de los mercados atestiguan la creciente angustia.

Este viernes en la mañana, la primera ministra tailandesa Yingluck Shinawatra trato de rectificar una enorme metida de pata de su gobierno en la víspera.

El ministro de Ciencias Plodprasop Suraswadi afirmó este jueves en la tarde que varios barrios del suburbio norte podrían quedar bajo un metro de agua después de la ruptura de un dique.

Anuncio que las autoridades corrigieron una hora más tarde.

“El nivel del agua es estable y no aumenta. Quisiera que la gente no se asuste”, declaró Yingluck Shinawatra. “El ministro quería informar de la situación para que no se inquietaran (…) Dio cuenta de lo que podía pasar y no pasó nada”.

Pero la noticia ya había corrido. Los teléfonos de las autoridades fueron saturados por llamadas de residentes inquietos y se produjeron gigantes atascos en las rutas que llevan a las partes altas, según la jefe del distrito Nongpanga Boonpaksa.

El error provocó pánico que se expresó masivamente en las redes sociales, obligando al Centro de socorro de inundaciones a presentar sus excusas a través del mismo medio.

Actualmente, un tercio de las provincias del país están afectadas por inundaciones provocadas por una temporada de monzón particularmente abundante desde fines de julio.

Al menos 289 personas han muertos y hay cuatro desaparecidas. Millones de personas han sido afectadas, hay cosechas destruidas y cientos de fábricas han debido cerrar.

En las provincias situadas al norte y al este de Bangkok, donde las embarcaciones han remplazado a los automóviles, unas 110.000 personas estaban alojadas en los centros de refugio.

Más al norte, la ex capital imperial de Ayutthaya, clasificada en el patrimonio mundial de la Unesco, está inundada desde hace más de una semana, así como varias zonas industriales donde están implantados importantes grupos extranjeros.

El constructor de automóviles Toyota anunció que se vería obligado a suspender durante una semana la producción de sus tres plantas en Tailandia por falta de abastecimiento.

Del mismo modo, Canon desplazará la producción de dos plantas, haciendo temer un costo importante para la economía mundial.