Los combates entraron el martes en su fase final en Sirte, donde las tropas del Consejo Nacional de Transición (CNT) libio tomaron el control de la sede de la policía en el centro de la ciudad, estrechando aún más el cerco de los últimos combatientes leales al derrocado coronel Muamar Gadafi.

Decenas de combatientes del CNT celebraban con disparos al aire la toma del cuartel central de la policía, abandonado por sus defensores, que domina la ciudad y es aledaño a la plaza central de Sirte, aún en manos de los gadafistas.

La plaza central está constituida por una manzana de edificios y nadie osaba ingresar al sector por temor de los francotiradores.

La toma total de esta plaza permitirá al CNT anunciar el control de la ciudad aunque subsistan algunos focos de resistencia.

El CNT, la ex rebelión que derrocó al régimen de Gadafi, espera la caída de Sirte para proclamar la “liberación total” de Libia y abrir la vía para la formación de un gobierno que administrará durante la transición hasta la celebración de elecciones generales.

Además de esta región de donde es originario Muamar Gadafi, las fuerzas del CNT esperan apoderarse del otro bastión principal del derrocado régimen, Bani Walid, que, esperan, caerá en la continuación de Sirte.

Un grupo de combatientes del nuevo régimen había conseguido penetrar el martes en el centro de la ciudad de Sirte, donde rastreaban las casas y las calles antes de tomar el control del sector, según un corresponsal de la AFP en el lugar.

Provenientes del este, del oeste y del sur, las fuerzas del CNT avanzaron hacia esta plaza, un día después de la conquista de varios edificios estratégicos como la universidad, un centro de conferencias y el principal hospital de la ciudad.

En las calles devastadas por la batalla y sembrada de vehículos calcinados, cada edifico aparecía acribillado de impactos y había manchas de sangre en casi todas las casas.

La batalla de Sirte, ciudad simbólica contra la cual las tropas del CNT lanzaron el ataque el 15 de septiembre, costó la vida a cientos de personas.

Los combates de los últimos días dejaron casi 70 muertos y cientos de heridos entre los hombres del CNT, según el personal de los hospitales de campaña.

En el otro bastión de los proGadafi, el oasis de Bani Walid, a 170 kilómetros al sureste de Trípoli, el martes en la mañana decenas de civiles a bordo de vehículos huían de la ciudad, según un periodista de la AFP.

“Dicen que habrá combates. En la ciudad no hay médicos, ni agua ni electricidad”, afirmó un jefe de familia al volante de un automóvil con cuatro mujeres que llevaban el velo musulmán.

Paralelamente, los comandantes partidarios del CNT en la región trataban de poner orden entre sus tropas antes de una nueva ofensiva, esperando refuerzos de Sirte, después de la toma de la ciudad.

Para el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, la operación internacional militar en Libia dirigida desde fines de marzo por la Alianza atlántica para neutralizar las fuerzas del derrocado régimen, “está cerca del fin”.

Fogh Rasmussen reiteró que el ex líder Muamar Gadafi, prófugo desde la caída de su régimen el 23 de agosto, “no es un objetivo”.

El conflicto en este rico país petrolero comenzó el 15 de febrero con una revuelta popular contra el régimen que se convirtió en guerra civil. Más de 25.000 personas han muerto en él, según el jefe del CNT Mustafá Abdeljalil.