El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, denunció este lunes que ha recibido amenazas de muerte, supuestamente de los mismos sectores conservadores que derrocaron al ex gobernante Mannuel Zelaya en un golpe de Estado el 28 de junio del 2009.

“Allí andan amenazando, allí dicen a éste no hay que sacarlo porque hay mucho problema, ahora lo vamos a mandar a matar; así, y sé quiénes son también, no son de abajo, son de arriba”, declaró Lobo, tras una ceremonia militar de conmemoración de la guerra entre Honduras y El Salvador en 1969.

“Lamentablemente, lo siento mucho, pero tengo que tomar algunas medidas. Yo sé que tiene un costo la seguridad del presidente, pero con estas indicaciones mucho menos para que me duerma”, dijo Lobo en rueda de prensa.

Lobo impulsa un diálogo con diferentes sectores políticos tendiente a realizar cambios en la Constitución como los que Zeleya pretendía, e insiste en que sólo gobernará un período de cuatro años, que finaliza el 27 de enero de 2014.

Lobo mantiene una agria confrontación con empresarios porque aprobó un paquete de impuestos que gravó hasta las transacciones bancarias, con el argumento de que el gobierno requiere fondos para combatir la delincuencia que azota al país.

Entre las medidas de seguridad que Lobo adoptó está la construcción de un muro perimetral en la Casa Presidencial, al este de la capital.

El jefe de las Fuerzas Armadas, general René Osorio, declaró que “lo que hacemos en estos casos es redoblar la seguridad y nosotros somos leales a nuestro comandante general y vamos a cumplir con la ley dándole seguridad”.

“Hay estrategia para que el presidente pueda desplazarse por todas las rutas diferentes, rutas alternas”, añadió el oficial.

Lobo viaja siempre en un vehículo de una nutrida caravana de agentes de seguridad, algunos de ellos en motocicletas que piden espacio en la carretera.

Zelaya fue derrocado por sectores conservadores que dominaban el Congreso y la Corte Suprema, con el respaldo de empresarios, líderes religiosos y otros grupos influyentes.

Aseguraron que pretendía reformar la Constitución para buscar un nuevo mandato y emprender transformaciones acordes al socialismo del siglo XXI que impulsa el presidente venezolano Hugo Chávez.