Varios centenares de jóvenes “indignados” se reunieron el miércoles por la noche cerca del parlamento español en Madrid para protestar contra una reforma de las negociaciones colectivas, cerca de su campamento de la Puerta del Sol.

A los gritos de “recortes presupuestales para los diputados”, los manifestantes recorrieron unos centenares de metros que los separaban de la plaza de la Puerta del Sol del Congreso, o de una barrera de policía que les impedía acceder a la entrada del edificio.

Unos se sentaron, otros se quedaron de pie, gritando “estas son nuestras armas”, levantando los brazos al cielo, o exclamando “ahí está la cueva de Alí Babá”, mostrando con los dedos las puertas del parlamento.

Luego mostraron las llaves de sus allegados, gritando “estas son las llaves de mi padre”, para recordar que muchos jóvenes españoles, afectados por el desempleo que afecta a casi la mitad de los menores de 25 años, están obligados a vivir donde su padres.

“Estamos aquí porque van a aprobar una ley que da todo el poder al patrón, que podrá hacer lo que le de la gana”, siempre “hablan de flexibilidad laboral, pero nada de obligaciones para los empresarios”, dijo Luis Fernández, 21 años, estudiante en trabajo social.

Los manifestantes leyeron una moción en la que afirman que, “antes incluso de que la ley sea aprobada, decimos ‘basta’. No más recortes presupuestarios, no somos mercancías en manos de los banqueros y los políticos”.

Simbólicamente, hicieron circular por sobre sus cabezas una tienda de campaña pequeña, para recordar el campamento instalado desde el 17 de mayo en la Puerta del Sol, símbolo del movimiento de protesta que reúne a jóvenes y a ciudadanos venidos de todos los horizontes, indignados por el desempleo, las consecuencias de la crisis económica y los políticos incompetentes.

La manifestación se dispersó a medianoche, cuando los “indignados” decidieron volver a su campamento de la plaza de Puerta del Sol.

El gobierno español debe aprobar el viernes en el Consejo de Ministros una nueva reforma social que afectará el mercado del trabajo.

Se trata de una reforma de las convenciones colectivas, destinada a modernizar y hacer más flexible el sistema del que dependen las negociaciones para las diversas ramas de actividad.

Esta es la última gran reforma considerada esencial para la economía española, para hacer bajar la tasa muy elevada de desempleo (21,29% en el primer trimestre), después de la reforma del mercado de trabajo, del sistema bancario y de las jubilaciones.

La negociación colectiva en España es considerada muy fuerte, en especial por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco de España, en la medida en que los acuerdos por rama laboral son difícilmente modificables.