El Barcelona jugará la final de la Liga de Campeones de fútbol dos años después de ganar su último trofeo continental, al empatar este martes 1-1 con el Real Madrid en el partido de vuelta de semifinales de la máxima competición de clubes europea.

Eliminado por Real Madrid en las semifinales del máximo torneo continental de clubes en 2002 y 1960, el equipo azulgrana, hizo buena su ventaja de la ida (2-0), para tomarse su particular venganza y lograr una plaza para la final en el mítico estadio londenense de Wembley, el próximo 28 de mayo.

En un partido muy dividido, Pedro abrió el marcador para los locales al aprovechar un pase de Andrés Iniesta, para plantarse en el área y ganarle al arquero Iker Casillas en el uno contra uno (54), pero el Madrid no se vino abajo y siguió buscando el gol, que llegó cuando Marcelo recogió un rechazo para equilibrar con un disparo prácticamente a puerta vacía (64).

El Barça acabó por imponer su juego de toque, en un partido muy igualado, frente a un Real Madrid que se mostró más ambicioso que a la ida por las fuerzas de las circunstancias, pero siguió dejando la iniciativa al equipo local.

El partido, marcado por las previas polémicas y la denuncias cruzadas de ambos equipos, pudo haber dado un vuelco en el minuto 46 con el 0-0 en el marcador con la anulación de un gol al delantero argentino del Madrid, Gonzalo Higuaín, por una supuesta falta de Cristiano Ronaldo al caer y arrollar a Javier Mascherano que corría tras su compatriota del Madrid.

Así, el árbitro entendió que Cristiano Ronaldo había derribado intencionalmente a Mascherano en su carrera y decidió anular el tanto,
cuando mejor estaba jugando el equipo blanco, que poco después recibió el gol del Barça, poseedor de las mejores ocasiones en el primer tiempo.

El técnico del Barça, Josep Guardiola, advirtió el lunes que el Madrid saldría a hacer “el partido de su vida” y esa fue la impresión que dio la primera media hora de la primera parte, con una presión muy arriba sobre los azulgranas, buscando imposibilitar la salida del balón, pero siguió fiando más en el contraataque como principal arma ofensiva.

En el medio del campo, Xabi Alonso y el francés Lass Diarra se encargaron de controlar a Andrés Iniesta y a Xavi Hernández, cerebros del equipo azulgrana, mientras que el central portugués Ricardo Carvalho no le quitaba los ojos al argentino Leo Messi.

Pese a que en los primeros treinta minutos, el Real Madrid consiguió mantener apretado al Barça, pronto los ‘blaugrana’ empezaron a encontrar los espacios, especialmente por la banda izquierda, y también llegaron las ocasiones.

El local contó con varias ocasiones seguidas, la mayoría con Leo Messi como gran protagonista, que primero soltó un disparo desde la frontal obligando a Casillas a estirarse (32), antes de soltar un disparo raso (34) bien atajado por el arquero, que también se empleó a fondo para detener un tiro de David Villa, tras recibir un pase de la “Pulga”.

Con estas ocasiones terminó la primera parte, en la que el Real Madrid no contó con ninguna opción clara y, en la reanudación, siguió manteniendo su presión, al tiempo que llegó el gol anulado.

El segundo técnico del Real Madrid, Aitor Karanka, que ocupó el sitio del sancionado José Mourinho, expulsado a la ida, dio entrada a Emmanuel Adebayor por Higuaín (55), y a Mesut Özil por Kaká (60), buscando una configuración más ofensiva, especialmente tras el gol del Pedro.

La presión blanca acabó por dar frutos, ya que una pérdida de balón de los locales fue aprovechada por Angel Di María para irse por la banda izquierda y soltar un tiro que dio en el palo, pero el pase tras el rechazo lo recogió Marcelo para marcar el gol del empate (64).

La iagualada dio oxígeno a los ‘merengues’ que siguieron buscando lo imposible: anotar otros dos goles. Pero el Barcelona respondió con una mayor presión sobre los visitantes, que finalmente no lograron superar a sus rivales.