De Times Square en Nueva York al resto de Estados Unidos, una irrupción de júbilo irrumpió este domingo tras anunciarse la muerte de Osama bin Laden casi 10 años después de los ataques de Al Qaida que dejaron unos 3.000 muertos.

Minutos apenas después de conocerse la noticia, decenas de neoyorquinos ya festejaban espontáneamente en Times Square el anuncio de la muerte del líder de Al Qaida en las pantallas que rodean la plaza en el corazón de Nueva York.

“¡U-S-A, U-S-A, U-S-A!”, gritaba la gente en coro, mientras los paneles noticiosos electrónicos daban algunos detalles de la operacion militar norteamericana que dio muerte al líder del grupo islamista.

En el restaurante vecino Junior’s, en pleno distrito de los teatros de Broadway, hubo una explosión de júbilo cuando CNN anunció la noticia. “La gente gritaba y aplaudía”, relató Monica King, una comensal presente en ese momento, poco antes de las 23 horas.

“Es un milagro”, comentó luego en plena explanada central de la plaza esta afro-norteamericana de 22 años que estaba en Nueva York cuando se produjeron los ataques del 11 de septiembre de 2001, los más mortíferos sufridos por Estados Unidos en su territorio continental.

“Los atentados cambiaron a Nueva York, pero 10 años después nosotros tuvimos la última palabra”, explicó Monica King. “Ahora, queremos festejar”, sentenció, mientras a su alrededor la gente miraba las noticias en las pantallas gigantes.

Gary Talafuse, de 32 años, un turista de Texas, dijo que los estadounidenses sentían “mucho orgullo nacional” esta noche. “Puede que esto no cambie mucho en la estrategia de Al Qaida, pero después de miles de millones de dólares invertidos, es una gran pérdida para ellos y compensa en parte nuestros esfuerzos”, dijo Talafuse.

Un grupo de jóvenes, que eran unos niños cuando Al Qaida perpetró los trágicos atentados contra Estados Unidos, contemplaba el entusiasmo con mayor distancia.

“Estoy muy contento”, dijo Matthew Maciejewski, de apenas unos veinte años, admitiendo que “estaba en la escuela cuando ocurrió el 11 de septiembre” y que su “vínculo emocional (con la noticia) es menos fuerte”.

“La muerte de Osama bin Laden es un hito para los amigos y familiares de aquellos que murieron el 11-S, y para todos aquellos que siguieron tenazmente empeñados en proteger a Estados Unidos de otro atentado”, comentó en un comunicado el jefe de policía de Nueva York, Raymond Kelly.

El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, dijo por su parte que la muerte de Bin Laden “no elimina el sufrimiento padecido por su causa por neoyorquinos y norteamericanos en general, pero es una victoria mayor para nuestra nación y un tributo a los miles de hombres y mujeres en nuestras fuerzas armadas y en otros lados que han luchado tan duro por nuestra nación”.

Pasada la medianoche, el fervor popular en Times Square alcanzó su paroxismo cuando llegó un camión de bomberos y estacionó entre la gente. La muchedumbre ya superaba fácilmente el millar de personas, que cantaron a coro junto a los bomberos exultantes el himno nacional estadounidense.

“Diez años después, finalmente lo logramos”, comentó a la AFP el capitán de bomberos Patrice McLead. “Después de todas las pérdidas sufridas y toda la tragedia, podemos por fin estar contentos”, agregó el soldado del fuego.

“Espero que esto sirva para poner un punto final para todos nosotros, incluyendo para aquellos que son musulmanes”.

En Washington, una multitud se acercó con banderas a la Casa Blanca poco después de que el presidente estadounidense Barack Obama anunciara oficialmente la muerte.

La noticia también se festejó en eventos deportivos.

Los simpatizantes de los Filis de Filadelfia, equipo de las Grandes Ligas del béisbol norteamericano, comenzaron a gritar a coro “U-S-A, U-S-A” en el estadio Citizens Bank Park de esta ciudad al enterarse de la muerte del líder de Al Qaida. Los festejos se trasladaron inmediatamente a la tribuna del equipo adverso, los Mets de Nueva York.