No muy bien parado acabó el fundador y ex CEO de Microsoft, Bill Gates, luego de que su antiguo socio y co-fundador de la empresa, Paul Allen, publicara sus memorias donde califica a su compañero de la escuela secundaria como una persona ambiciosa, egoísta e increíblemente calculadora.

En el libro titulado “Hombre Idea: Las memoria del co-fundador de Microsoft”, Allen hace un recorrido por los inicios de la compañía, desde sus primeros productos hasta su salida de la empresa, dando cuenta que desde la misma génesis de la hoy gigante del software, Gates no le hizo fáciles las cosas.

Según Allen, conocido por su carácter reservado y sus obras filantrópicas, cuando discutieron la división de ganancias que les generaría el código del lenguaje BASIC original, Gates presionó para obtener el 60% en desmedro del 40% de Allen, argumentando que él había contribuído más.

Poco después, cuando materializaron su primera gran venta, Gates volvió a la carga hasta dejar los ingresos en 64%-36% a su favor.

El programador también recuerda que cuando iban a lanzar comercialmente su primer producto, el lenguaje BASIC para el Altair 8080, Gates se desveló sólo para revisar dos veces la parte que Allen no hubiera cometido errores en su código. Y efectivamente, no los tenía.

Pero era sólo el comienzo. Cuando en 1980 Bill Gates contrató al actual CEO de la empresa, Steve Ballmer para manejar la parte comercial de la empresa, ambos acordaron darle un 5% de la empresa. Sin embargo, Allen se percató de que Gates había negociado a sus espaldas ofreciéndole un 8.75%. Cuando Allen le enrostró el hecho, Gates completó la diferencia tomándola de sus propias acciones.

Más adelante cuando en diciembre de 1982 le fue diagnosticado cáncer, Allen recuerda haber escuchado a Gates y a Ballmer discutir sobre lo poco que el co-fundador estaba contribuyendo a la compañía y cómo podían hacer para reducir su porción de acciones. Posteriormente, ambos se habrían retractado luego de que Allen los enfrentara.

Las acciones de Microsoft siguieron siendo un punto de desencuentro para ambos. Esto porque pese al éxito comercial de la tarjeta SoftCard Z-80 que desarrolló Allen, su antiguo amigo de la escuela se negó a darle un aumento en sus acciones, un rechazo que le habría afectado fuertemente.

“Ok. Pero un día me iré de aquí”, fue su respuesta.

“En ese momento algo murió para mí. Siempre pensé que nuestra sociedad estaba basada en la justicia, pero entonces vi que el egoísmo de Bill arrasaba con cualquier otro tipo de consideraciones. Mi compañero estaba determinado a quedarse con tanto del pastel como le fuera posible, y eso era algo que no iba a aceptar”, cuenta un adelanto del libro, recogido por The Register.

Allen decidió dejar Microsoft en 1983, momento en que Bill Gates ofreció comprarle sus acciones a 5 dólares cada una, que era la mitad del precio que esperaba recibir. Mantenerlas tuvo su premio, ya que actualmente Paul Allen en uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna estimada en 13.500 millones de dólares.

Ante estos comentarios, Bill Gates se limitó a difundir un escueto comunicado donde dice que “mientras mis recuerdos de estos hechos difieren de los de Paul, valoro su amistad y las importantes contribuciones que realizó al mundo de la tecnología y a Microsoft”.