En manifestantes murieron tres personas, entre ellos un niño de 12 años, y cientos fueron heridos en Yemen, donde los sublevados acusaron a la policía de haber utilizado gases tóxicos para dispersarlos.

Las autoridades desmintieron rápidamente la utilización de “gases, salvo lacrimógenos” y afirmaron que la policía intervino en Saná para separar a manifestantes de comerciantes irritados por la sentada de la plaza de la Universidad.

La policía lanzó un asalto al amanecer contra los manifestantes que acampan desde el 21 de febrero en la plaza de la Universidad.

Un manifestante murió y cerca de 300 fueron heridos o intoxicados por los gases, según el comité médico formado por los manifestantes, que acusó a la fuerza pública de utilizar gases tóxicos.

Por la tarde, otro manifestante murió de un balazo disparado por un francotirador. La víctima formaba parte de un grupo que trataba de llegar a la plaza de la Universidad para unirse al movimiento de protesta.

Estudiantes secundarios y universitarios se echaron a las calles el sábado en varias ciudades de Yemen para protestar contra el asalto dado en Saná contra los manifestantes. En Adén, principal ciudad del sur del país, la policía fue acusada también de haber utilizado gases tóxicos para dispersarlos.

En Mukalá (sudeste), un estidiante de 12 años que participaba en una manifestación similar murió bajo las balas de la policía, según fuentes médicas y testigos. Otros cinco escolares resultaron heridos.

El presidente Alí Abdalá Saleh, que lleva 32 años en el poder, es blanco de una protesta popular desde finales de enero.

Saleh se había comprometido en un discurso pronunciado el jueves a “seguir protegiendo” a los manifestantes, estuvieran a favor o en contra de su régimen.

El asalto policial se produjo después de que unos manifestantes ampliaron su campamento a varias calles vecinas de la plaza de la Universidad, sobrepasando los bloques de cemento instalados por la policía para marcar el límite autorizado para la sentada, según el corresponsal de la AFP.

“No queremos desalojar a los manifestantes de la plaza de la Universidad, únicamente de las calles de los alrededores porque bloquean la circulación”, dijo a la AFP un responsable de la seguridad que pidió el anonimato.

Hasan al Joshain, un médico de los servicios de socorro de la sentada, afirmó a la AFP que la policía utiliza gases enervantes contra los manifestantes.

“No son gases lacrimógenos, sino gases tóxicos que paralizan el sistema nervioso y provocan desmayos”, agregó este médico especialista del sistema nervioso.

“Hemos pedido a las autoridades que nos dieran el tratamiento adecuado, pero seguimos esperando”, dijo la misma fuente, que aseguró no saber cómo curar los síntomas que presentan los manifestantes como consecuencia de los gases.

La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos pidió el viernes al gobierno yemenita que investigue las muertes de los manifestantes.

Según la ONU, 37 manifestantes y al menos seis policías murieron desde el inicio de los disturbios en Yemen.