La fiebre del fútbol invade Chechenia, que alberga el martes un partido inédito entre los campeones del mundo brasileños de 1994 y 2002 y una selección de esta pequeña república del Cáucaso, escenario de dos guerras sangrientas con Rusia.

Un impresionante dispositivo de seguridad fue desplegado en Grozny, antes del inicio del amistoso a las 15.OO GMT en la capital de Chechenia, donde los edificios crecen como setas tras los daños causados por dos guerras sucesivas entre separatistas y fuerzas rusas desde 1994.

El estadio del club local de primera división rusa Terek Grozny, escenario en 2004 de un atentado sangriento que costó la vida al presidente checheno pro-ruso, Akhmad Kadyrov, es el elegido para el partido.

En una sala del aeropuerto de Grozny, la capital, varios centenares de aficionados gritaban y agitaban banderas rusas, chechenas y brasileñas, antes de la llegada de la selección brasileña, mientras jóvenes tocaban tambores para crear un ambiente de samba.

Niños de diez años que juegan en el equipo local de Terek Grozny llevaban el traje de su equipo. Niñas chechenas en ropa tradicional esperaban en el hall la llegada de estrellas para recibirlas bailando.

“Es una gran felicidad para nosotros recibir al equipo de Brasil. Soñaba con ello desde hace tiempo”, afirma Mansour Khalaev, aficionado de 24 años.

Muchas mujeres vinieron también a aplaudir a la selección brasileña, como Khava Zapsutanova. “He venido para que los brasileños vean que estamos contentos de recibirlos”, señala.

Anunciadas para este partido, las principales estrellas de los campeones del mundo brasileños de 2002 — Ronaldo, Ronaldinho, Kaka — no viajaron y fueron reemplazados sobre todo por los que ganaron el título en 1994, como Romario, Bebeto, Elber, Dunga y Rai.

“Espero que el fútbol brasileño pueda aportar un poco de alegría aquí”, afirmó Rai a su llegada al aeropuerto de Grozny, bajo un cielo gris y nuboso, donde las estrellas fueron recibidas por centenares de aficionados.

En la selección chechena figura el alemán Lothar Matthäus, campeón del mundo en 1990.

El joven presidente y hombre fuerte de Chechenia, Ramzan Kadyrov, que llevará el brazalete de capitán, afirmó que las estrellas brasileñas vienen sin exigir dinero.