Los Angeles es la última gran ciudad en pie después de una invasión extraterreste que deja el planeta hecho trizas, según el guión de la cinta apocalíptica “Battle: LA”, pero lo que parece ser una nueva obra de ciencia ficción de Hollywood dice estar basada en una historia real.

La guerra entre marines del Ejército de Estados Unidos contra alienígenas que atacan el planeta Tierra con el más puro propósito de destrucción, pudo haber tenido su primer episodio, aún inexplicable, hace 69 años en los cielos del sur de California, según un panel de expertos en ovnis que convocó el estudio Sony -distribuidor del filme- para hablar de esta película.

“Podría de alguna manera ser una realidad, no en forma de guerra pero, por qué no, de un acercamiento de ovnis a la Tierra”, dijo a la AFP Robert Salas, militar retirado del Departamento de Defensa, que, como sus compañeros, reveló un incidente con un objeto volador no identificado en Montana (noroeste de Estados Unidos) en 1967.

La película, que llega a las salas de Norteamérica el 11 de marzo, está protagonizada por Aaron Eckhart, Michelle Rodriguez, Ramon Rodriguez, Bridget Moynahan, Ne-Yo y Michael Peña y se enfoca en una invasión de alienígenas en plena costa de Santa Mónica, al oeste de Los Angeles.

Se trata de 116 minutos de acción al más puro estilo de Hollywood, un filme de guerra contra extraterrestes: incesantes explosiones, escenas de pánico colectivo en la playa y por las calles de la ciudad, autopistas sacudidas como polvo por los seres desconocidos y soldados heroicos.

Pero lo más curioso es que semejante escenario, dirigido por el sudafricano Jonathan Liebesman, se apoye en la frase “inspirados en hechos reales”.

El viernes pasado, la madrugada del 24 al 25 de febrero, se cumplieron 69 años de un avistamiento por parte de civiles de objetos no identificados sobrevolando los cielos del sur de California.

Aquel hecho que se produjo en 1942, a solo meses del ataque japonés a la base de Pearl Harbor, hizo que los militares abrieran fuego contra todo lo que se movía en la oscuridad y así se tejió la leyenda.

“La gente que estaba fuera esa noche juró que no era ni un avión ni un globo, dijeron que era un OVNI. Flotaba, se deslizaba. Y hasta el día de hoy, nadie puede explicar qué era esa nave. ¿Por qué nuestros misiles antiaéreos no pudieron golpearla? Es un misterio que nunca se ha resuelto”, dijo en la conferencia el reconocido experto estadounidense en OVNIS, William Birnes.

“La historia oficial fue que se trató de un globo, pero a oficiales antiaéreos se les dijo que era un objeto volador no identificado”, agregó Birnes sobre el incidente y señaló al cielo justamente en un hotel de Santa Mónica, el balneario californiano destruido en el argumento de la cinta.

En el panel de expertos en OVNIS participaron también el coronel Charles Halt y Mark Easter, director de relaciones públicas de “Mutual UFO Network”, una organización que recopila los testimonios de personas que avistan fuerzas desconocidas en Estados Unidos y otros lugares del mundo.

Salas, quien dijo “que no hay que subestimar el poder de desarrollo de otras civilizaciones”, presentó varios documentos del gobierno estadounidense que demuestran que el tema ha sido analizado y reconocido en los círculos militares y autoridades del país.

Todos dieron sus testimonios y pusieron caras compungidas al narrar cómo fueron incomprendidos, y hasta objeto de bromas, cuando revelaron sus experiencias a colegas en el ejército.

“Me encanta la forma en que eventos de la vida real terminan apegándose a la película”, dijo el productor del filme, Ori Marmur, de un presupuesto estimado en 100 millones de dólares.

“Para la cinta, se decidió que todos los avistamientos anteriores de ovnis, como éste (de 1942), fueran (consideradas) misiones de exploración… preparando la inminente invasión de fuerzas desconocidas”, apuntó el productor.