Sin Fernando González en el ATP de Chile, con David Nalbandian todavía a tres cuartos de máquina en Santiago y en Buenos Aires, con Thomaz Bellucci incapaz de hacerse invulnerable en Costa Do Sauipe, Brasil y sin tenistas mexicanos con peso en el torneo de Acapulco, la gira de canchas de arcilla de Latinoamérica tuvo a un solo ganador: al tenis español.

Tommy Robredo | Jim Rydell / Movistar Open

Tommy Robredo | Jim Rydell / Movistar Open

Una vez más los ibéricos demostraron que detrás de Rafael Nadal, su contralmirante, la armada española está repleta de lugartenientes que siguen sus pasos y en las canchas lentas de los certámenes medios (los ATP 250 y en este caso uno grande como Acapulco que entregó 1.000.000 de dólares en premios) tranquilamente se apropian de los títulos.

Tommy Robredo en Santiago y Buenos Aires; Nicolás Almagro en Costa Do Sauipe y David Ferrer en Acapulco (ganándole a Almagro en la final) alzaron los trofeos que los convirtieron en los dueños exclusivos de los torneos de cancha lenta de febrero.

Con variantes en sus propuestas, los españoles se mostraron sólidos a la hora de definir en los momentos decisivos de los campeonatos, es decir de cuartos de final en adelante.

Robredo, con una larga carrera de más de una década, sigue siendo dueño de un excelente golpe de revés, una mentalidad ganadora que lo está empujando, como él pretende, a escalar a los sitios más elevados del ranking de la ATP.

Nicolás Almagro, más maduro, menos tenso a la hora de disputar partidos relevantes, propietario de una gran derecha y también, como Robredo, dueño de un revés a una mano digno de los grandes golpes de los mejores exponentes (Guga Kuerten, Gastón Gaudio) de los últimos tiempos.

Y David Ferrer tan aguerrido y luchador como el Rafa Nadal, tan duro de vencer como el actual número 1 del mundo, “incapaz” de perder una pelota, quizás el que menos golpes tiene de este trio de ganadores en febrero pero quien suple esas carencias con lo ya mencionado: tenacidad, mentalidad ganadora, contragolpe.

España es hoy por hoy la primera potencia mundial en tenis de varones. Y obviamente esto no pertenece a Rafael Nadal. Viene de principios de los años 90, con la irrupción de los Sergi Bruguera, Alex Corretja, Albert Costa, Carlos Moya, Félix Mantilla, después Juan Carlos Ferrero., Más David Ferrer y Tommy Robredo, Fernando Verdasco, Feliciano López a comienzos de la actual década. Y la fantástica llegada de Rafael Nadal desde 2004, el dueño de todo en canchas de polvo de ladrillo.

Será muy difícil quitarles la propiedad que ostentan en esa superficie. Y hoy por hoy el único jugador de nuestro continente capaz de enfrentarse de igual a igual con ellos juega en canchas de cemento. Es Juan Martín del Potro, flamante campeón en Delray Beach este domingo confirmando que su retorno tras un año sin jugar por la operación a su mano derecha es una gran realidad. Pero del Potro ni pisó las canchas lentas de la gira de febrero. El campeón del Us Open 2009 (allí les ganó a Nadal en semifinales y a Federer en la final) prefirió el cemento de Estados Unidos. Todo un síntoma. Entonces en el tenis de canchas lentas, ¡que VIVA ESPAÑA! Y olé…

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