El jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, cercado por el escándalo sexual “Rubygate” y cuya mayoría pende de un hilo, propuso el lunes a la oposición de izquierda un pacto para reactivar el crecimiento económico y reducir la enorme deuda pública del país.

En una carta al diario Corriere della Sera, Berlusconi propone a Pier Luigi Bersani, líder del Partido Demócrata, principal fuerza de la oposición de izquierda, “actuar en forma conjunta en el parlamento para discutir sin prejuicios y sin sectarismo un gran plan para el crecimiento de la economía italiana”.

Berlusconi, que rechaza en forma categórica como “injusta e ineficaz” la reciente propuesta del ex primer ministro de izquierda Giuliano Amato de aplicar un impuesto al patrimonio de los italianos para reducir la deuda, quiere llevar el crecimiento a más de 3 ó 4% en cinco años, contra 1% actualmente.

Esas cifras de crecimiento permitirían reducir en forma mecánica el endeudamiento, que alcanza cerca de 120% del PIB (Producto Interior Bruto).

Según Berlusconi, un impulso a la economía pasaría por la venta de una parte del patrimonio inmobiliario público, una “amplia desfiscalización a favor de empresas y jóvenes” y la reforma del artículo 41 de la Constitución, propuesta hace meses, para afirmar la libertad de iniciativa privada.

“Hace falta una economía más libre, un país más estable”, subrayó Berlusconi, tomando el ejemplo de Alemania, que “ha efectuado ese salto de liberalizaciones y reformas”, cuyos “resultados están a la vista de todos”.

El PIB (Producto Interior Bruto) de Alemania, la principal potencia económica europea, creció en 2010 un 3,6%. Para 2011, el gobierno espera una expansión de la economía del 2,3%.

La izquierda italiana rechazó de plano la propuesta de Berlusconi que “llega demasiado tarde” y demuestra “la desesperación” del jefe de gobierno que busca “distraer” la atención, declaró el vicesecretario del Partido Demócrata, Enrico Letta.

Para Italo Bocchino, uno de los laderos del presidente del cámara de diputados Gianfranco Fini, el ex aliado y ahora adversario de Silvio Berlusconi, este llamamiento de la oposición de izquierda es una “señal evidente de la debilidad” de Berlusconi.

En cambio, la influyente jefa de los empresarios italianos, Emma Marcegaglia, juzgó “positivo que se hable de crecimiento”, luego de haber denunciado la semana pasada un “gobierno completamente paralizado”.

Berlusconi se encuentra actualmente involucrado en uno de los peores escándalos de su carrera política, tras haber sido acusado el 14 de enero por la fiscalía milanesa de prostitución de menores y abuso de poder.

El jefe del gobierno es investigado por el caso de la joven marroquí Karima El Mahroug, conocida como “Ruby robacorazones”, sospechosa de haber mantenido relaciones sexuales pagadas con él cuando ella era una menor.