Cansados de los accidentes mortales, familiares de los mineros atrapados en un yacimiento de carbón del noreste de Colombia, se quejaban este miércoles del desdén oficial, mientras esperaban que fueran sacados los cuerpos sin vida de sus parientes.

“Ya he vivido muchas veces la experiencia de ver morir a mi gente”, dijo a la AFP Fabio Velosa, de 63 años, dos de cuyos hermanos y un primo se contaban entre los trabajadores atrapados en la mina de Sardinata, en el departamento de Norte de Santander, una región carbonífera y gasífera próxima a la frontera con Venezuela donde los accidentes son frecuentes.

En la mañana, ya cinco cuerpos de mineros habían sido sacados de la entrada de la mina, y poco después de las declaraciones de Velosa empezó un macabro recuento de largas bolsas blancas con cadáveres extraídas del yacimiento, subiendo a catorce en horas de la tarde.

“Este yacimiento presenta muchas fallas de seguridad (…) ya ha habido más muertos aquí y nadie hace nada”, dijo por su parte Jacinto Gómez Rincón, padre de Giovanni Gómez, de 24 años, uno de los trabajadores atrapados.

En 2007 hubo en Sardinata, en la misma mina, un accidente que dejó una treintena de mineros fallecidos, explicó el secretario de gobierno de esta ciudad, Alvaro Silva.

Por eso, los habitantes de la zona también se quejaban este miércoles del “desdén” de las autoridades que no supieron evitar un nuevo drama.

Una mujer que se desmayó mientras esperaba el cuerpo de su marido a orillas del socavón dijo a la AFP que justo este miércoles cumplían 13 meses de casados, y acusó al gobierno de indiferencia frente a la situación de inseguridad de las minas del país.

“A una tragedia como la explosión en ‘La Preciosa’ se suma otra igual de grave como es la indiferencia de las autoridades. Nadie nos da razón. Nadie sabe nada. Me enteré del caso por las noticias. Es horrible. ¿Dónde están los dueños de la mina?”, señaló la mujer.

Mientras, Fabio Velosa, vestido con pantalón corto, botas de caucho y casco rojo, aseguró haberse salvado de morir tras la explosión del miércoles porque salió del socavón a desayunar justo minutos antes del percance.

“Lo único que recuerdo es un fogonazo y a muchos pidiendo auxilio”, enfatizó.

Una historia similar relató Pastor Cárdenas, encargado de los alimentos de los mineros y quien sintió una “explosión violenta” sólo minutos después de llevar los desayunos.

“Dejé los alimentos y vi cómo salía humo negro de la mina. Recogí a dos mineros heridos en mi vehículo, pero uno de ellos murió”, declaró Cárdenas, quien se sumó a los 25 rescatistas que, en cinco cuadrillas, tratataban de ubicar más cuerpos.

Los propietarios del yacimiento dijeron “entender” el dolor de los familiares de los mineros muertos, y según su representante legal, Gabriel Tamayo, la mina “cumplía con todos los controles de seguridad”.

“No podemos dar una teoría sobre lo que pasó. Es un suceso difícil de explicar porque nuestra mina cuenta con un sofisticado sistema de ventilación y medidores confiables (de acumulación de gases)”, dijo a la AFP en el lugar.

En Colombia murieron 173 mineros en el 2010 a causa de explosiones similares, falta de oxígeno o derrumbes, principalmente, siendo esta cifra la más alta desde 2004, según el Instituto de geología y minas (Ingeominas).

El ministro de Minas y Energía, Carlos Rodado, presente en Sardinata, determinó el cierre del yacimiento hasta investigar si funcionaba según la ley.

“Esta mina no se abrirá hasta tanto no se determine si cumplía con todos los requisitos”, dijo el ministro a la AFP.