El presidente chino Hu Jintao reconoció el miércoles durante una histórica visita de Estado en Washington que su país debe mejorar en materia de derechos humanos, mientras que su anfitrión, Barack Obama, le proponía las bases de una nueva relación para los próximos 30 años.

Hu Jintao | Wikimedia Commons

Hu Jintao | Wikimedia Commons

Obama recibió a Hu con todos los honores y alfombra roja, con desfile militar y 21 cañonazos en los jardines de la Casa Blanca.

Los desacuerdos entre ambas superpotencias son numerosos, desde la cotización del yuan a la política comercial china, pasando por la creciente sombra militar china en Asia, pero Obama y Hu buscaron insistentemente limar las diferencias.

“China es un país en desarrollo con una gran población y también un país en desarrollo en una crucial etapa de reformas”, explicó Hu en una rueda de prensa, tras lo cual añadió: “Queda mucho por hacer en China en materia de derechos humanos”.

Fue una declaración inusual de un alto dirigente chino, aunque Hu precisó también que no compartía el punto de vista de Obama de que los derechos humanos son “universales”.

“Con esta visita podemos fijar los cimientos para los próximos 30 años”, propuso Obama al dar la bienvenida a Hu en la Casa Blanca.

“La historia muestra que las sociedades son más armoniosas, las naciones son más exitosas y el mundo es más justo cuando se sostienen los derechos y responsabilidades de todas las naciones y de todos los pueblos”, añadió el mandatario tras la solemne ceremonia de bienvenida.

“China y Estados Unidos deberían respetar mutuamente su forma de desarrollarse y sus intereses prioritarios”, replicó Hu.

Según fuentes oficiales, Obama mencionó el caso del opositor y Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, un escritor sentenciado a 11 años de cárcel en 2009 tras pedir reformas políticas.

“Fui muy franco con el presidente Hu sobre esos temas”, dijo Obama en referencia a los derechos humanos.

Tras un encuentro en el Despacho Oval y otro con líderes del mundo de negocios de China y Estados Unidos, la rueda de prensa permitió mostrar de nuevo los numerosos desacuerdos, pero también un tono conciliador.

Entre los varios asuntos conversados, Obama pidió diálogo con representantes del Dalai Lama sobre el futuro del Tíbet.

Fuentes estadounidenses anunciaron simultáneamente compras chinas a empresas estadounidenses por valor de 45.000 millones de dólares, y Hu y Obama hicieron gala de su mejor voluntad precisamente al hablar de temas económicos y comerciales.

El yuan está “subdevaluado”, volvió a insistir Obama, pero las recientes decisiones de las autoridades chinas van en buen camino.

“Queremos venderles de todo”, dijo Obama a su invitado en tono humorístico.

El presidente estadounidense agradeció a Hu que China esté dispuesta a incrementar la cooperación en materia de derechos intelectuales.

Ante los empresarios, Obama pidió que se puedan aliviar las “fricciones” comerciales y a liberarse de los “viejos estereotipos”.

Hu, por su parte, dijo que China iba a estimular su demanda interna y su consumo, al tiempo que saludó el “futuro prometedor” del comercio entre Estados Unidos y China.

Hu fue homenajeado luego en una cena de Estado, la tercera que organiza la Casa Blanca en la presidencia de Obama, con más de 200 invitados.

“Es fácil centrarse en nuestras diferencias, pero no olvidemos los valores que nuestros pueblos comparten”, dijo Obama en el brindis.

El mandatario chino, que se prepara para abandonar la presidencia en 2013, instó a una mayor cooperación militar para “profundizar la confianza mutua”.

Obama dijo por su parte que Washington y Pekín quieren que Corea del Norte evite “futuras provocaciones”.

“Nos hemos puesto de acuerdo para decir que creemos que el objetivo primordial debe ser la desnuclearización total de la península” coreana, declaró el presidente estadounidense.

China es considerada como la única potencia con influencia sobre el régimen norcoreano, que a fines de noviembre bombardeó una isla de Corea del Sur.