Las lágrimas humanas no sólo emiten señales emocionales, sino que también químicas. Así lo determinó un grupo de investigadores del Instituto Weizmann de Israel, quienes descubrieron que el llanto femenino reduce los niveles de testosterona y excitación sexual en los hombres.

Florencia Aldana en Flickr

Florencia Aldana en Flickr

Este estudio surge a raíz de una interrogante que por años ha inquietado al mundo de la ciencia, y que se relaciona con que las lágrimas emotivas son distintas a las que surgen espontáneamente porque nos entró una pelusa al ojo o picamos cebolla. Mientras las primeras son exclusivas de los seres humanos, las segundas son similares a las del mundo animal.

Por ello, los expertos liderados por el neurobiólogo Shani Gelstein, estaban decididos a comprobar las lágrimas de las personas emiten algún tipo de señal química, pues se ha corroborado que las de los ratones si lo hacen.

Es así como se solicitó a un grupo de voluntarios que olieran lágrimas de mujeres y un líquido salino, pero ninguno pudo distinguir los fluidos, según informó diario El Mundo.

Sin embargo, en un segundo experimento, un equipo de participantes olió lágrimas de mujeres que lloraron viendo películas y que fueron impregnadas en una pequeña cinta que ubicaron bajo su nariz. Mientras, otro grupo usó el mismo sistema pero con solución salina. Enseguida, todos debieron observar imágenes de distintas mujeres.

Tras esto, se dieron cuenta que aquellos que sintieron el aroma de las lágrimas consideraron a las féminas como menos atractivas sexualmente, no así los que estuvieron expuestos al otro líquido.

Con el fin de reforzar aún más su tesis, mostraron películas a los voluntarios para establecer, a través de resonancias magnéticas, cómo se alteraba el cerebro.

Esta prueba fue la más determinante, ya que se demostró que aquellos que olieron lágrimas tuvieron menos actividad en el hipotálamo y la circunvolación fusiforme izquierda, partes del cerebro asociadas al deseo sexual.

Cabe destacar que las lágrimas contienen proteínas, enzimas, lípidos, metabolitos, electrolitos y restos de medicamentos, entre otros. Además, si bien tienen como función limpiar y proteger los ojos de agentes dañinos, las que se generan al llorar, no tienen ninguna utilidad biológicamente hablando.

Por otro lado, los autores del estudio creen que las lágrimas femeninas son similares a las de los hombres y los niños, por lo tanto, producirían el mismo efecto químico. Sin embargo, esto no se ha comprobado.