Rodrigo Zamora, Administrador de Redes del Campus Santiago de la Universidad Santa María explica que el incremento del uso de notebook y redes inalámbricas han puesto en evidencia la escasa preocupación de los usuarios por la seguridad de sus redes.

La enorme cantidad de ofertas referentes a conexiones de Internet inalámbricas, sumado a la enorme gama de facilidades para adquirir computadores portátiles, dejan entrever algunos problemas en la configuración de este tipo de redes, las cuales casi siempre son instaladas o administradas por personas que poco o nada conocen sobre las precauciones que hay que tener para que no sean vulneradas, trayendo como consecuencia bajas velocidades, interrupción del servicio y, en casos más extremos, fallas de seguridad.

Al respecto Rodrigo Zamora, administrador de redes de la Universidad Técnica Federico Santa María, Campus Santiago Vitacura, entregó algunos consejos para evitar estos y otros problemas.

“Aparentemente la poca capacitación por parte de las empresas o quizás el apuro del instalador de los servicios de conexión inalámbrica, hace posible que muchas de las redes de edificios, oficinas o domicilios que son parte de un servicio entregado por empresas proveedoras de Internet aún posean clave con encriptación tipo WEP (Wired Equivalent Privacy), la cual es muy vulnerable, y si a esto agregamos que posee tráfico constante, pueden ser violadas en menos de 10 minutos utilizando alguna de las muchas aplicaciones disponibles en Internet”, comenta Zamora.

Agrega que “el que una red posea este tipo de encriptación (WEP) hace posible tener usuarios “colgados”, pudiendo causar desde la pérdida de rendimiento, hasta permitir accesos no autorizados, comprometiendo la integridad o confidencialidad de su información si la seguridad de su equipo portátil no es la adecuada”.

Pero, ¿qué puede hacer un usuario común para evitar este tipo de problemas?. Al respecto, el especialista señala que “para dificultar accesos no autorizados a nuestras redes WiFi lo recomendable es utilizar equipos que soporten encriptación WPA (Wi-Fi Protected Access) o WPA2, ocupando también claves de acceso robustas, ya que la utilización de claves numerales como el RUT, fechas de nacimiento o peor aún, números de 4 dígitos, sumado a utilizar sistemas WEP, facilita los accesos no autorizados a las redes debido a que mientras más corta y homogénea es la clave, mas fácil es romper su seguridad”, detalla el especialista.

“Si consideramos que un usuario no tiene la obligación de saber sobre encriptaciones WiFi, las empresas deberían ser mucho más cuidadosas con los servicios que entregan. Muchas veces los reclamos por lentitud en las redes inalámbricas se atribuyen a virus, llegando incluso a sugerir comprar un servicio antivirus, siendo que la causa del problema puede ser un vecino colgado por una mala configuración del instalador. Hay que recordar que estos equipos muchas veces son arrendados a las empresas y mensualmente se está pagando por un servicio que resulta ser inseguro”, finalizó Zamora.