Al menos nueve personas murieron el jueves en un doble atentado suicida en la entrada de un mausoleo sufí en la ciudad de Karachi (sur de Pakistán), un país afectado desde hace más de tres años por una mortífera ola de atentados de los talibanes aliados a Al Qaida.

Los dos kamikazes a pie hicieron estallar sus bombas al anochecer, cuando numerosos paquistaníes se congregan en los mausoleos de los santos del islam o en sus alrededores, lugares de vida nocturna muy apreciados por las familias.

Nueve personas, incluyendo a dos niños, perdieron la vida, y más de 65 sufrieron heridas, indicó el viernes a la AFP Fayyaz Leghari, el jefe de la policía de Karachi, la capital económica de Pakistán y primera ciudad del país, con más de 15 millones de habitantes.

Las anteriores informaciones proporcionadas por el ministro del Interior señalaban siete muertos.

Las dos bombas estallaron a la entrada del mausoleo del santo sufí Abdulá Sha Ghazi, un lugar extremadamente frecuentado de un barrio elegante junto al mar. Por el momento se ignora si las bombas se encontraban allí o fueron colocadas por los kamikazes, agregó esta fuente.

Más de 3.700 personas murieron en todo el país en más de tres años en unos 400 atentados –la mayoría suicidas– perpetrados fundamentalmente por los talibanes paquistaníes aliados de Al Qaida que lanzaron una yihad (guerra santa) contra el gobierno por su apoyo a la “guerra contra el terrorismo” de Estados Unidos.

Sus bastiones, en las zonas tribales del noroeste, fronterizas con Pakistán y también principal refugio de Al Qaida en el mundo, están sometidos desde hace un mes a disparos casi diarios de misiles por parte de aviones teleguiados de la Agencia Central de Inteligencia norteamericana.

Estados Unidos y la Unión Europea estiman que estos escondites están en el corazón de una conspiración terrorista que toma como objetivo a ciertos países de Europa, incluyendo a Gran Bretaña, Francia y Alemania.